O|| Mewgulf [En edición]

T H R E E

Día agotador.

Con delicadeza bajó la tapa de su lavadora.
Encendió la máquina para comenzar a lavar su pantalón y su camisa, y observó como la ropa se llenaba de jabón.

---. No volverá a suceder ---. Dijo, observando la mancha de café que en su ropa permanecía esparcida

Apagó la luz de la bodega, y dejando que la máquina hiciera su trabajo, Gulf salió de la pequeña habitación para encaminarse hasta su sala de estar.

Con una toalla secaba su cabello en el trayecto al sofá. Sus hebras estaban húmedas, y de ellas gotas de agua al piso caían, producto de la ducha que se había dado momento antes de ir a lavar su ropa.

"Nada mejor que un baño"

A pasos tranquilos se encaminó hacía su sofá, dónde se dejó caer con suavidad, permitiéndose descansar y reposar con más tranquilidad.

Un suspiro de sus labios escapó, disfrutando de sentir su espalda reposar contra la comodidad de su suave sofá y sus cojines.

Sentía poco dolor en su cuerpo, y en su espalda baja un pequeño moretón habitaba, producto del golpe que al caer contra el piso le dejó.

Dias habían pasado, y nada de aquel hombre sabía. Aunque no recordara su rostro con claridad, la elegancia con la que su voz sonaba al dialogar, era muy fuerte y llamativa para todo aquel que intercambiara palabras con él. Incluso él la podía recordar

Cerró los ojos, disfrutando de la tranquilidad de su casa, y escuchando con atención el sonido las gotas que habían comenzado a caer fuera de su hogar.

"Este clima es perfecto"

Tres días habían pasado ya, y el trabajo llegaba sin detenerse. Las fechas de enero siempre habían sido sus menos preferidas.

Su cabeza y cuerpo dolían tanto, que el apetito se le iba y las ganas de dormir solo lo perseguían. Es por ello, que en días como esos, cuando estaba solo en casa y se daba un baño después de un día de trabajo, amaba descansar o leer un libro si no estaba tan agotado.

Para Gulf nunca era mal momento cuando se trataba de dormir o tomar unos minutos de lectura.

Disfrutaba tanto su soledad, que había olvidado lo que era estar con los demás.

Sus ojos comenzaron a cerrarse, siendo presos del cansancio que su cuerpo sentía, y rendidos ante el sueño que lo invadía.

"Ring. Ring".

Su teléfono repentinamente sonó, anunciando una llamada entrante.

Con molestia despertó, sintiendo el dolor de la espalda regresar.

Estiró el brazo con suavidad, y entre sus manos sostuvo el aparato de la pequeña mesa que frente a él permanecía.

---. ¿Bueno? ---. Su voz ronca se escuchó, y pacientemente esperó la respuesta de la otra persona

"No me sequé bien el cabello"

Tomó la toalla nuevamente entre manos, y la pasó por su cabello. Las gotas de agua cada vez más eran absorbidas en aquella tela gruesa y blanca.