♥Diario de un Psicópata♥
En un mural lleno de fotos unidas por hilos rojos y alfileres. Dos detectives observan sus pruebas para tratar el caso.
—Su nombre es Thaylor, mejor conocida como la reina de corazones negros. Princesa de la mafia, demente e increíblemente esxurridiza- finaliza Josh la descripción de la nueva maleante.
—¿Movimientos?- Steve, en cambio, recién acaba de llegar de la DEA y le gustaría tener todos los detalles.
—Casinos, cientos y cientos de casinos por todo el mundo. Galas de joyerías y empaques de Poker. Trafica especialmente anfetamina, marihuana, cocaína e ilusionistas. Lavado de euros en el hotel del Park Hamisteh en Italia- bebe un poco de su café americano.
—¿Qué hay de los secuaces?- pregunta con las manos tras su espalda y su seria postura.
—Desechables, los escoge personal y minuciosamente y se encarga de que el infierno, les parezca más atractivo que traicionarla- señala varias fotografías de cadáveres que alguna vez desobedecieron sus órdenes- A el que más confianza le tiene es a su hermano, Nicolás, es bastante tonto pero igual de escurridizo que el javón en manos mojadas.
—Tomaré el caso- afirmó dándose se vuelta sobre sus pies.
—¿Encerio?- preguntó el detective del FBI esperanzado.
Mi primer error fue de cadete, subestimar a mi enemigo. Creí que sería tan tonta como para caer en mis encantos, cuando fui yo quien sin remedio terminó en su telaraña.
—¿Estás seguro de esto?- pregunta Dave, su compañero y mejor amigo de toda la vida. Ambos se hallan en una camioneta polarizada a las afueras de Lucense Burgo, a unas dos horas de las Vegas, donde justo ahora, es noche de cacino.
—No he visto algo más efectivo que esto, y sabes que no es mi primera misión de encubierto- decreto mirándose en el retrvisor del auto. Sus ojos azules había sido sustituidos por dos bellos orbes de color café, gracias a las lentillas de contacto.
—¿Y qué dice Lileth de esto?- preguntó con inevitable curiosidad entregándole el carnet falso, su nuevo nombre Matew Colon.
—Piensa que haremos trabajo de campo, ni una palabra de esto a mi esposa.
Y ahí cambié mi identidad, mi personalidad, mi vida, y todo ¿para qué?