Recordando

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Ya era el antepenúltimo año en el instituto, aunque faltarán dos años para terminarlo parecía aún un desafío que las cosas con el vóleibol fueran a salir para bien. Parecían muy decaídos y retrasados comparados con los demás equipos de otras zonas del país. Y aunque la idea de Azumane Asahi era pensar en cómo mejorar para su equipo, una voz de entre tantas le llamó la atención.

-Buenos días, Soy Ishi Netta, antes vivía en París pero por motivos familiares me trasladaron aquí. Espero nos llevemos bien y puedan cuidar de mi. -anunció con seguridad pero finalizó con una sonrisa tímida y tierna, que robó el aliento a muchos chicos.

Y mucho menos le faltó para quedar sin aliento el mismo Asahi.

-Siéntate a lado del joven Azumane, alce la mano, por favor.

Con cierta vergüenza ante el llamado, lo hizo y la nueva compañera se acercó tranquilamente a un lado del pupitre vacío. No se demoró el profesor en iniciar las clases así que no tuvo oportunidad siquiera de intentar socializar. Y muy en el fondo agradecia al destino de no poder, era muy tímido que hasta creía que lo arruinaría o sería otra de las chicas que le temieran por su físico.

Conforme fue pasando las horas, dos horas en específico de las clases de historia, la nueva parecía haberse convertido en el nuevo chisme del momento, los chicos se querían acercarse y muchas chicas la veían mal, mientras que el se fijaba que la compañera ni allí estaba por sus miradas, sino que con toda la seguridad del mundo mandó a la mierda toda facha que parecía haber tenido frente a sus profesores y mostró su verdadera faceta.

-Dejaré en claro dos únicas cosas, seré nueva pero no nací ayer así que, si hay alguna que no se sienta segura con mi presencia deberá vivir con ello, tienen mejores cosas de las que preocuparse por alguien que siquiera sabe de su entorno. Y dos, no vine para tener romances, la escuela está para aprender y ser algo en la vida, no para desperdiciar en idioteces. Su primordial deber es estudiar, luego ya se verá si deben tener novio/a no me interesa. Pero no me busquéis que no soy buena como aparento, ni tampoco soy demonio.

Las palabras que había dicho, había congelado a los chicos, mientras que las chica se sintieron intimidadas por el acento muy pronunciado y francesa que provenía de aquella chica. Y sin más, se marchó a almorzar, no sin antes darse la vuelta hacia él y regalarle una sonrisa que si que le robó el alma en ello.

-¿Azumane.. Kun? Podría... Podría mostrarme la cantina, me encantaría probar el pan de melon.

Fue allí cuando supo, que no podría siquiera pronunciar palabra alguna o siquiera negarse, sus ojos se sentían maravillados con la melena tan oscura y natural que poseía, al igual que los ojos achocolatados que poseía Ishi-san. Por lo que terminó aceptando con la cabeza.

Aunque se sorprendió que la femenina silueta, le agarrara la mano y entusiasta, estirara de él, en busca de comida.

En ese primer día, en el primer año. Conoció a la que sería el amor de su vida, y tal vez descubrió que era una glotona de primera, porque sin duda se había sorprendido de cuánto pan de melon pudo comprar. Al menos unos 6, junto a un jugo de melon.

Por primera vez, había encontrado una chica que no le temía por su apariencia de chico malo.

Y eso, se lo agradeció por mucho tiempo.

¿Oso pardo? || HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora