¿Oso pardo? || Haikyuu

Primer Beso

Marzo, Instituto Karasuno.

Por más que la nueva compañera extranjera hubiese advertido que no se acercaran para llegar a ella en plan parejas sentimentales, su plan acabó tan mal que a diario había chicos con el corazón partido y a veces una que otra chica también. Al parecer, la personalidad y forma de ser de la extranjera era tan hipnótico que no había quien no caiga en sus encantos.

Aunque ella tan solo estaba buscando sobrellevar la vida estudiantil lo más tranquilo y ameno posible, aveces se la veía con problemas al comprender el idioma, con ello sus palabras le salían en otro y parecía frustrarse más. Cada día le interesaba más en aprender el francés para ayudarla, a través del inglés se comunicaba mejor. Y él... Era bueno en ese idioma pero al estar nervioso las palabras no salían con tanta fluidez que se ganaba miradas curiosas por Ishi Netta.

Por ejemplo, cuando se le trababa la palabra: N-nice con Noise, la nariz de la castaña se arrugaba y sus cejas se alzaban expresando claramente su confusión contestando: Qu’est-ce que « nice » a à voir avec le nez?, oh, sorry. I meant, what does Nice have to do with Noise? (qué tiene que ver Nice con Noise?)

A veces sus dudas se mezclaban en dos idiomas, uno mataba la cabeza de uno pero también enamoraba, pero al instante la otra te hacía sentir un idiota sin cerebro. Se avergonzaba de sí mismo, y allí volvía a presencia otra actitud de ella.

Al parecer cuando se emocionaba, su cabeza parecía saber expresarse en el idioma japonés entendiendo perfectamente: "Oh, que tierno se ve usted cuando se sonrojar, Azumane-kun", logrando que muchos quisieran matarlo en el momento, pero apenas la mujer se daba cuenta del error no era que se disculpaba, sino que la mirada letal que les enviaba con esa sonrisa angelical al final, los hacía olvidarse nuevamente de ellos. Porque sabían que la nueva era un diablito y no era bueno hacerla enojar, porque ya veían que la tormenta era fea si llegaba.

En abril, en todo este primer año. Estuvo con sus senpais aprendiendo a jugar mucho mejor el voley, pero su mundo se detuvo cuando empezó a notar que la castaña cada vez se quedaba a su lado mientras que de vez en cuando conversaba con Daichi o Sugawara. Allí descubrí que por impulso la mayor parte del tiempo, Ishi Netta realizaba actividades de todo estilo, hasta el voley pero luego ya no podía por ciertos problemas de salud además de que sudaba excesivamente cuando hacía el deporte pero la sonrisa con la que lo recibía después de cada práctica o enfrentamiento, era lo que más empezaba a calmar su vida.

Mayo, junio y julio, pasaron velozmente para su gusto, en esos meses la castaña ya sabía desenvolverse mejor en la lengua, aveces se confundía aún con los sucesos históricos pero era comprensible, sin embargo, no fue sólo eso lo que le sorprendió. Osea, no sólo su perseverancia, sino que sus habilidades para la música.

La verdad que siempre se consideró a sí mismo como distraído para conocer chicas, y entendía con mucha vergüenza de lo que tanto sus amigos se reían. Hasta ese mes pudo entender y descubrir la verdadera pasión de Netta por la música. Cuando un día, en un festival cultural la vio traer en compañía de algunos chicos 1ue no conocía un piano bastante grande y al parecer era de piso.

Fue allí, cuando empezó a conectar la melodia que sonaba, con la melodia que cada vez que el se pusiera a leer, a ella la escuchaba tararear suavemente al estar concentrada en su lectura. Netta era la maestra, y los otros dos chicos parecían ser sus alumnos. Porque la seguían con tanta pasión, tanta compenetración y diversión en aquella melodía japonesa que sin duda fascinaba a muchos.

A partir del Junio al agosto, tuvo que aprender a lidiar con muchos sentimientos que lo embriagaban y entorpecían sus acciones. Empezaba a sentir una ligera molestia al ver a los kouhais de su mejor amiga tan apegados y que apenas la dejaban respirar. Sabía que ninguno estaba saliendo con ella, pero algo en su pecho dolía y le daba migraña al solo ver como esta se arrojaba a la espalda de uno de ellos, besandolo tanto que parecían ser novios. Y el chico, de cabellera blanca con ojos verdes, pero con unos cuantos piercings en los labios, era Yamamoto Shuma, ni siquiera se quejaba, aunque la mirada molestas de reprimenda siempre le llegaba a la integrante femenina.