Siempre tuyo, princesa. ( Mi princesa 2)

Ambiente tenso

                           JAN

Nunca había sentido tanto miedo en mi interior. El grito de Yoanna me paralizó, el mundo dejó de girar y todo se detuvo.

— ¡¿Qué demonios están haciendo?!

De forma atropellada nos separamos y Hannah se bajó de la encimera. No sabíamos qué hacer y mucho menos qué decir.

— M-mamá. — balbuceó Hannah.

Caminó a gran velocidad hacia nosotros.

— ¿Cómo se les ocurre? ¡¡¡Debería darles vergüenza, ustedes son hermanos!!!

— Mamá, por favor, déjanos explicarte.. Nos amamos, intentamos separarnos pero...

PLAFFF

Una fuerte bofetada me hizo estremecer. Toqué mi rostro y lo sentí arder.

— No lo puedo creer, se han criado como hermanos desde niños, han vivido bajo el mismo techo. ¿Cómo han podido?.

Yoanna llora con las manos en el rostro. Intentamos abrazarla, acercarnos a ella pero nos aleja de un manotazo. No nos quiere cerca.

— Cariño, ¿Qué sucede? ¿Por qué estás llorando?

Papá nos observa sin entender nada. Yoanna nos mira y con un desprecio que nunca había visto en su mirada respondió:

— Me he pasado el día entero en el trabajo, estoy agotada y llego a casa esperando descansar y tener un poco de paz y tranquilidad. Entro en la cocina y ¿sabes lo que veo? A nuestros dos queridos hijos ¡¡¡BESÁNDOSE!!! — Yoanna ríe descontrolada — Se estaban besando, acariciándose uno encima del otro, como..como amantes. Ayy, Steve, ¿Cómo ha podido suceder esto?

Papá nos observa y no podemos hacer más que desviar la mirada.

— ¿Alguno me puede dar una explicación?

— Papá. Es cierto lo que mamá ha dicho. Hannah y yo estamos enamorados y, lo siento pero no es algo que pudiéramos evitar aunque lo intentamos. — El rostro de nuestro padre se ha desencajado y su boca ha formado tal mueca que parece estar tragando algo realmente amargo. Esta noticia es sumamente amarga, es comprensible.

Y como mi rostro parece que hoy es el blanco de todos los golpes papá me suelta otro bofetón, sin mediar palabras.

— ¡Nunca pensé que fueras tan descarado Jan! No los hemos criado como hermanos para andar como animales en celo con las hormonas alborotadas.— grita.

— Las cosas no son así, no es lo que piensan. — dice Hannah con su hermoso rostro surcado por las lágrimas — ¿Acaso piensan que íbamos a arriesgarnos a ser descubiertos y de paso darles un buen disgusto a ustedes si lo nuestro solo fuera algo puramente pasional?. Nos amamos y si no hemos dicho nada fue por temor a sus reacciones.

— Son hermanos... Esto no puede ser posible,  tiene que haber una explicación. Tú tenías novia Jan. Esa chica por la que andabas loco,  esa chica.. De la que decías te habías enamorado y tú  Hannah, estabas saliendo con Charlie. — dice Yoanna buscando alguna respuesta que la convenza que lo ocurrido no era lo que había visto.

— Esa chica era yo mamá, Jan se refería a mí  y Charlie... Lo intentamos pero no funcionó — explicó Hannah.

— Tú me dijiste que cuando uno amaba a otra persona tenía que ser capaz de luchar por ella a toda costa, ¿recuerdas mamá? Me dijiste que las cosas prohibidas solo eran cuestión de matices y que lo único imposible era aquello que no se intentaba. Me dijiste que solo tenía que tener la valentía suficiente para conseguir lo que quería.

— Pero no hablaba de tu hermana. Dios, nunca lo hubiera pensado. Cómo voy a imaginar que mis hijos...estaban juntos. ¿Cómo?. — protestó ella.

— Es a Hannah a quien quiero.

— ¡Fuera! Salgan de mi vista ahora o no respondo de mí. — grita fuera de sí.

Salimos ambos de la cocina y de la casa. Debíamos esperar a que Yoanna y mi padre se calmaran un poco. Dimos un paseo hasta el parque tomados de la mano. Ya nada importaba, ni siquiera la mirada extrañada de los vecinos al ver nuestras manos unidas.

— No nos escondamos más Jan. Al final esto tenía que pasar tarde o temprano. Asumiremos nuestra relación en público — dijo ella con seriedad.

— Estas loca, los vecinos de aquí nos conocen y si ahora nos miran raro, ¿Qué crees que pasará si se enteran que somos novios?

— No importa Jan. Puede que seamos la comidilla de todos durante un tiempo, pero tarde o temprano se olvidará y podremos tener una vida como los demás. No le estamos haciendo daño a nadie, el amor no es malo.
— ¿Segura? —pregunté albergando en mi interior un montón de dudas.

Por toda respuesta se acercó a mí y me besó con ímpetu en el medio del parque y ante la mirada de todos que enseguida empezaron a cuchichear y soltar grititos de incredulidad.
“Qué vergüenza”,“¿Cómo se atreven? ”,“¿Esos no son los hijos de Yoanna y Steve? ”, entre otros fueron los comentarios con los que tuvimos que lidiar a partir de ese momento. Mamá y papá no nos hablaban y la situación se volvía cada vez más insoportables.
No nos dejaban en paz, sobre todo los chicos no dejaban de meterse con Hannah y gritarle en media calle que ellos también querían ser sus hermanos y tirársela.
Esto ha provocado no solo las lágrimas de Hannah y de mamá, el desprecio de mi padre si no además que yo,  cegado por la rabia golpeara a uno de esos imbéciles. Por ese motivo me pasé la noche en una celda, cuando la policía intervino, y para más pesar tengo que pagar una multa por alteración del orden.

— Jan, tenemos que hablar — me abordó Hannah con la voz rota en cuanto regresé.

Nos acomodamos en el sillón frente a la televisión.

— Tú dirás.

— Ya no puedo más Jan. Todo esto se nos ha ido de las manos y ya no lo podemos controlar. Pensé que todo se arreglaría con el tiempo, que sería normal que las personas reaccionaran mal tras lo sucedido, pero nunca imaginé que fuera de esta forma — admitió pesarosa.

¿Qué demonios significaba eso? No creo que me esté queriendo decir lo que me está pasando por la cabeza.

— Hannah — intento calmarla y calmarme yo — ambos conocíamos que no iba a ser fácil, sabemos que a todos les costará aceptar esta realidad, pero es lo que hay. Tú misma dijiste que ya era hora de enfrentarnos a todos y defender lo nuestro.

— ¡¡MÍRATE JAN, MÍRATE!! Tienes el labio partido de la pelea de ayer. Has pasado la noche en la cárcel. Acaso no entiendes que todo está fuera de control. Nuestros padres no nos hablan, el ambiente está super tenso y todo el mundo nos mira con mala cara.

Llora, llora con desespero y no sé qué hacer para consolarla.

— Cariño, verás como las cosas se arreglan, solo hay que esperar que pase el tiempo. Además nuestros amigos nos apoyan y sé que nos ayudarán a salir de esta. Confía en mí. — sonrío — Si te pones a pensarlo verás que ya estamos en el fondo del pozo, y cuando se está tan bajo, lo único que se puede hacer es subir y mejorar. Ya no puede pasar nada peor — dije con convicción.

Ya nada podría ser más malo que lo que estábamos viviendo. O al menos eso creía.