11 - Seguir con el juego

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Despertar y al lado tener a un Erick totalmente dormido, tranquilo, hermoso y totalmente tierno, debería ser un pecado tanta perfección. Éste chico me matará de amor.

Trato de moverme pero sin querer despertar a Erick y fallo en el intento. Pues el pequeño se encuentra con su cabeza apoyada en mi pecho y rodeándome con su brazo.

–Quédate quieto, Daddy. –dice refunfuñando.

–Es hora de levantarse, niñato. –respondo, lo cual ignora porque se acomoda más poniendo su cabeza ahora en mi cuello, y deja un pequeño beso ahí.

Mierda, Erick.

–Hueles bien. –comenta tranquilo–. Tienes un perfume exquisito.

–Gra- gracias. –nervioso respondo.

El problema es que estoy totalmente desnudo, y no sé si Erick lo recuerda pero acaba de refregar parte de su cuerpo con el mío, y estoy tratando de concentrarme en cualquier otra cosa para no tener una gran erección.

–Quédate quieto. –ordeno molesto.

–¿Por qué? –suelta una pequeña risita.

–¡Eres un maldito! Lo estás haciendo por gusto.

–¿Yo? ¿Hacer qué? –pregunto moviéndose nuevamente y ahora sin disimular–. Necesito ir a al baño, por eso me estaba moviendo.

–¡Maldito Erick! –grito, al ya estar de pie dirigiéndose al baño.

–Te quiero, cariño. –sonríe engreído.

Me levanto al ya no tener a la vista a Erick y camino hacia mi ropero, donde agarro unos jeans azul, una camiseta negra larga, mis tenis blancos y un bóxer negro.

Salgo del cuarto para ir al baño que se encuentra en éste segundo piso, ya que el del cuarto se encuentra Erick.

Al entrar, pongo la ducha con agua fría tirando a tibia y disfruto de ello, tratando de olvidar todo lo sucedido, porque me está comiendo la cabeza.

¿Qué pasará ahora? Yo supongo que seguiremos normal, ¿no? No quiero que nuestra relación cambie, no quiero que el niñato deje de hablarme, porque fue un gran cambio para mi vida y uno muy bueno.
Vivía dentro de mi oficina a puro trabajo, y tal vez una vez a la semana, por mucha insistencia de mis amigos, salía de fiesta o reuniones para charlar, jugar al play o cosas tranquilas en casa que es lo que más me va.
Y éste niñato me ha sacado más de oficina, de lo que parece y me ha hecho reír, ponerme nervioso y disfrutar, como hacía tiempo no lo hacía.

Al terminar el baño me visto con la ropa que traje que es muy normal, para estar en casa, pero tampoco todo feo ya que hoy viene Fer, sus hijos y mi madre.

¡Mierda! Hoy vienen, y no le he avisado a Erick.

Termino de vestirme totalmente rápido, para ir de igual forma al cuarto, donde me encuentro al niñato ya bañado y con ropa mía, que consiste en unos pantalones negros Adidas, una camiseta blanca sin ningún diseño y unos tenis blancos. Totalmente hermoso.

–Gracias por la ropa, Daddy. –suela una pequeña risita.

–Niñato, hay algo que debo informarte. Y es que hoy viene mi madre, una amiga mía que trabaja acá y sus hijos.

–¿Qué? Mejor me voy.

–¡No! Quédate, por favor... será más divertido si estás tú, aparte están por llegar.

–¡Pero Joel! Será vergonzoso y no me conocen.

–Si no te quedas, nunca lo harán.

–Uf bien, lo haré por ti y por la buena noche que me hiciste pasar. –medio bromea acercándose–. Tengo hambre, ¿podemos desayunar?

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⏰ Última actualización: Apr 15, 2023 ⏰

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