Hola soy Nayla, tengo 24 años y la verdad, nunca me ha gustado sentirme juzgada, y supongo que contándoos este capitulo de mi vida me arriesgo a que eso pase, pero realmente quiero que la gente conozca la forma más bonita de amar que he experimentado en toda mi vida, espero que con esta pequeña autobiografía de mi primer gran amor os ayude a amar con el corazón, con la mente pero sobre todo con los ojos, porque ahí es donde se ubica todo lo que percibimos de las personas que tenemos a nuestro alrededor, porque como bien habréis escuchado a lo largo de vuestras vidas, los ojos nunca mienten, no ocultan, no fingen.
Martes 25 de agosto de 2020.
Me desperté tarde, como cada día, era verano y no tenía mucho que hacer, tampoco tenía motivaciones importantes y nada me despertaba mucho interés.
Fui a la Universidad a entregar algunos papeles de la matrícula y cuando subía me crucé con una mujer y aunque ambas llevábamos mascarilla me quedé totalmente hipnotizada por sus ojos, que eran azules y grisáceos, y que me arrasaron si razón y me dejaron hipnotizada.
Seguí mi camino bastante sorprendida por aquella mirada que me había dejado en un estado desconocido para mi y cuando vi al director me comentó que ella, Irina, sería mi profesora el próximo curso, no se muy bien que sentí en aquel momento pero era algo que nunca antes había sentido.
Toda mi vida he estado rodeada de amor, de todo tipo de amor, y me he sentido una persona afortunada por verlo reflejado en las personas que quiero, no puedo decir que mi vida haya sido fácil, pero gracias al amor que me rodeaba logré ser la persona que era por aquel entonces, pero pese ha haber estado rodeada de amor toda mi vida nunca lo había sentido yo, nunca me había enamorado de nadie.
Antes de salir aquel día de la Universidad me la encontré en la salida y le pregunté por el curso, las clases..., estuvimos bastante rato hablando sobre múltiples cosas, ella estaba casada con otro profesor y de cara al mundo parecía una relación idílica, tampoco me confesó nada aquel día, simplemente nos conocimos nos miramos y nos entendimos, estábamos en la misma sintonía, pero llegó la hora, tenía que irse, pero antes me preguntó si yo hacía algo mañana, si estaba ocupada, le respondí que no y me dijo que mañana también iría a la Universidad por si me quería pasar y seguir con aquella charla que nos hacía sentir tan bien.
Aquella noche me pregunté muchas veces que me pasaba, porqué no podía dormir y porqué tenía tantas ganas de que llegara el día, pero finalmente me dormí y llegó, me vestí y me maquillé por encima aunque no solía hacerlo, recuerdo perfectamente como iba vestida aquel día, vaqueros cortos, top negro y zapatillas mustang, el pelo suelto y unas gafas de sol negras.
Cuando llegué la vi y me vio como quien no se busca pero se encuentra y no os hablo de ver a una persona si no de encontrarte en ella, en sus ojos, en su voz.
Vi en su cara que estaba feliz de verme y salió rápidamente conmigo.
Irina- pensaba que no vendrías, me has sorprendido!
Tenerla cerca me provocaba sudores, nervios y me sentía especialmente torpe, aun siendo muy habladora no me salían las palabras pero me esforcé en que se notara lo menos posible, no se si ella sabía que su mirada me ponía extremadamente nerviosa pero parecía que si y eso le gustaba.
No se exactamente cuantas horas estuvimos pero se me pasaron muy rápido.
Irina- Pues yo tengo que venir todas las mañanas hasta que empieze el curso, si quieres te puedes llegar y nos vemos.
Algo se removió dentro de mi y quise gritarle que cada día iría pero tuve que contenerme y actuar como si, para mi, fuese algo, sin más, pero mañana la volvería a ver y eso me producía un estado de felicidad fascinante.
Las mismas preguntas que la noche anterior volvieron a abordar mi cabeza y a robarme el sueño.
Ya eran las 10, me tocaba salir, aunque no había dormido mucho, no pasaba por mi cabeza el no ir...
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El Universo de tus Ojos.
RomanceVi el amor en todas sus formas a lo largo de mi vida y creí haberlo experimentado de todas ellas hasta que me crucé con tu mirada, que como una explosión sin fin generó en mi tantas sensaciones indescriptibles que pensé que sería buena idea adentrar...