Nota de la Traductora: Oh Dios. Hoy es el cumpleaños de Kakashi, al menos lo que capta aquí, en Latino América. Feliz cumpleaños Kakashi! 🤧
© Permiso autorizado para realizar la traducción.
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Obito, a pesar de lo mucho que le gustaba mostrarse como un niño alegre, no era tan feliz. Claro que había momentos en los que la alegría inundaba todo su ser y siempre se sentía tan ligero y libre cuando eso ocurría; como si una pequeña brisa de viento pudiera llevárselo con facilidad. Pero, por desgracia, la sensación no duraba lo suficiente para su gusto, y siempre volvía a la realidad demasiado pronto.
Obito nunca quiso ser un shinobi, no al principio. Era lo que se esperaba de él, y no quería que el clan Uchiha tuviera otra razón para odiarlo, así que se inscribió en la academia. Allí conoció a Rin, que rápidamente se convirtió en su mejor amiga. También conoció a Kakashi, su rival, poco después. Cuando Kakashi se graduó a la corta edad de seis años, Obito se puso celoso. No sólo Kakashi era elogiado a cada segundo por los profesores y los Jōnin, sino que ahora podía hacer lo que quisiera.
En el momento en que te ponías el hitai-ate de Konoha, eras un adulto, después de todo.
Se acabaron las expectativas de los remilgosos miembros del clan, se acabó el tener que demostrar tu valía a los desagradecidos miembros de la familia. Kakashi era libre de ir a misiones, comer lo que quisiera, hacer lo que quisiera (dentro de las leyes, claro). Obito estaba celoso de la falta de expectativas que Kakashi parecía tener de sus compañeros y quería demostrar a todos que él era el mejor de los dos.
Obito decidió que se convertiría en Hokage.
Todos se reían de él, incluso Rin le dedicaba una sonrisa de disculpa que decía que ella tampoco creía que pudiera hacerlo. Pero Kakashi siempre ponía los ojos en blanco, sin comentar con el habitual "¡No sabes ni lanzar un kunai, Obito!" o el burlón "¡Deberías haber sido comediante, Obito!" que recibía constantemente de sus otros compañeros. A Kakashi no parecía importarle lo que Obito quería hacer, sólo él mismo y cualquier nuevo libro basado en el shinobi que estuviera leyendo ese día.
Obito respetaba a Kakashi por mucho que le disgustara el otro. Porque por mucho que Rin fuera dulce y amable con él, no apoyaría todos sus sueños. Rin tenía su mente puesta en ser un shinobi, tenía su mente puesta en ganar el corazón de Kakashi, y tenía su mente puesta en aprender más ninjutsu médico. Consolar a Obito con falsas esperanzas de que lograra su "sueño" no estaba en su lista.
Por eso, cuando Obito necesitaba un descanso —del mundo, de su clan, de ser un shinobi, de todo—, nunca dejaba de llegar a la pequeña casa de Kakashi, llamar a la puerta y pedir tímidamente algo de compañía a su rival.
Porque aunque fuera un shinobi, entrenado desde su nacimiento para servir y morir por su aldea, Obito seguía siendo un niño.
Al igual que Kakashi.
Kakashi siempre lo entendió, y por eso Obito acudió a él. Kakashi siempre lo dejaba entrar con un suspiro, pero nunca se quejaba abiertamente. (Si Obito no lo supiera, diría que no era el único que se sentía mejor después de esos encuentros). El Hatake les preparaba la cena en silencio, ponía la comida delante de ellos y comían en silencio. Sólo cuando Obito se ofrecía a lavar los platos, comenzaban sus conversaciones. Hablaban de su día y poco a poco pasaban al problema que tenían entre manos.
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𝗪𝗔𝗥 𝗜𝗦 𝗡𝗢𝗧 𝗙𝗢𝗥 𝗖𝗛𝗜𝗟𝗗𝗥𝗘𝗡 ━ ObiKaka.
FanficPorque aunque fuera un shinobi, entrenado desde su nacimiento para servir y morir por su aldea, Obito seguía siendo un niño. Kakashi y Obito están unidos por un trauma compartido, y las cosas van a partir de ahí.