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!!!instinto

Taehyung tenía una regla de oro para todas sus apariciones en eventos públicos; siempre mantenerse hidratado.

Que lástima que Yoongi siempre olvidaba que lo que contenía su botella no era agua, sino vodka.

Porque el alcohol era la definición perfecta de hidratarse que conocía Kim Taehyung.

-¡Maldito seas, Tate! - Yoongi arrugaba su cara mientras cruzaban la entrada principal del lugar donde se estaría realizando el desfile de Saint Laurent.

Jungkook y Namjoon no les prestaban atención en lo absoluto, pues ya estaban acostumbrados a que la amistad de Yoongi y Taehyung se basara en insultos mutuos.

-¡Oye, no me llames por mi nombre estadounidense! - susurró Tae, con una fingida indignación, arrebatando la botella de "agua" de las manos de su compañero de banda -¿Qué pensarían nuestras fans si supieran que soy mitad blanco?

-Tal vez por fin se animarían a pedir que te sacaran del grupo - Yoongi le dio un codazo, sonriendo de medio lado con sus ojos brillantes en burla -. Oh, cierto. Eso ya lo hacen.

-Tu humor está tan podrido y oscuro - Taehyung lo tomó del brazo y lo miró a los ojos directamente y sin pausa, pretendiendo un momento de seriedad -. Y sólo por eso te sigo aceptando en mi vida a pesar de que me jodes la paciencia.

-No me toques, que asco - Yoongi se logró liberar, sacándole la lengua infantilmente a Tae -. Después nos toman fotos y empiezan a seguir creando teorías de ese ship asqueroso entre nosotros.

-Bien que te gusta, eh - golpeó el trasero de Yoongi por diversión, haciéndolo gruñir y también causando que Namjoon y Jungkook voltearan a verlos de mala manera.

Yoongi empezó a quejarse de él en todos los idiomas que conocía, pero Taehyung no fue capaz de prestarle atención, porque algo más se robó su atención.

Una voz que provenía desde el pasillo a su izquierda lo convirtió en su preso, pues sabía que había estado escuchándola últimamente en todos lados.

Porque últimamente veía vídeos y entrevistas de Park Jimin.

Se interesó tanto en la manera en la que aquel rubio corría detrás de otro chico, confundido y agobiado, que dejó a los miembros de su banda seguir avanzando hacia donde se les indicaba, mientras que él cruzaba en el lado opuesto.

No sabía lo que planeaba lograr.

Porque en ese momento sólo hizo lo que le dijo su instinto, no su razón.

(...)