Todo empezó cuando te vi pasar
Sentí algo tan bonito que no se explicar
Tú me cachaste y me gustaste más
Ay que chula rancherita ¿Hola, cómo estás?
Te aviso desde ahorita
Que con palabras bonitas
No te alcanza pa' poderme conquistar
No soy de esas facilitas
Como aquellas muchachitas
Con las que yo siempre te he mirado andar
Daniel disfrutaba de la playa, la comida y fogata. Apenas llevaba unas cuantas horas en su nueva ciudad y ya había hecho amigos, se considero afortunado porque después de todo no estaría tan solo en su primer día.
Johnny llegó a la playa acompañado de sus amigos con la intención buscar un poco de diversión.
El ruido de las motos llamo la atención del pelinegro y observó a los cinco jóvenes que portaban la misma chamarra roja.
— ¿Quiénes son ellos? — pregunto a Freddy.
— Bobby, Jimmy, Tommy, Dutch y Johnny su líder. Ellos son parte de Cobra Kai una escuela de Karate por eso parecen ir uniformados. — respondió Freddy.
— Si algún día tienes novia más te vale no dejar que Johnny se acerque a ella — dijo mientras enfriaba uno de los bombones en la vara. — Tiene una fama bastante mala, dicen que ha estado con un sin fin de mujeres y algunos hombres, a palabras de algunas chicas dice que con el no aplican los compromisos, si pasas una noche con Johnny Lawrence será la única, muy pocos o pocas han logrado concretar una segunda vez.
— No le hagas caso, está enojado porque su novia lo dejo pensando que Johnny un día le haría caso. — todos rieron.
— Es guapo, pero no me agrada convivir con tipos de su clase.
Johnny escucho una risa inusual, era sonora y dulce. Observó cada lugar hasta ver un grupo de chicos riendo, ladeó su cabeza pues había identificado quienes eran, menos al chico pelinegro.
— Bobby ¿Sabes quién es él? — señalo a Daniel.
— Dicen que una mujer y su hijo acaban de llegar al Valle, deber ser él.
— Es muy lindo. — comentó Dutch.
— Ey yo lo vi primero. — amenazó Johnny sin dejar de ver al chico.
Daniel sintió una mirada sobre de él, giro para averiguar quién lo miraba con intensidad y fue ahí que su mirada se encontró con la del famoso Johnny.
— Alguien ya puso sus ojos en el nuevo — Freddy se había dado cuenta de como Johnny se comía con la mirada a su nuevo amigo.
— No, tal vez está mirando a alguien más ... Oh por dios viene hacia aquí que fastidio. El ojiazul le sonrió, movió su cabello y comenzó a hablar.
— Hola ¿Cómo estás? Soy Johnny Lawrence.
— Hola — contestó con indiferencia y sus amigos rieron.
— Bienvenido a la ciudad.
— Gracias. — a Johnny le pareció extraño, usualmente las personas se ponían nerviosas ante su presencia.
— ¿Cómo te llamas?
— Daniel LaRusso.
— Lindo nombre — Daniel no contestó — mmm y ¿Quisieras ir a conocer la ciudad conmigo? Luego podríamos ir por un helado al centro comercial, solos tu y yo.
— ¿Estás pidiéndome que salga contigo?
— Sí, es exactamente lo que pensaba. — antes de que el pelinegro pudiera contestar, una chica se acercó al rubio .
— Hola Johnny, me preguntaba si quisieras acompañarme.
— Estoy ocupado ahora, no tengo tiempo.
— Perdón, te veo luego. — la chica se fue y Daniel se enojo por la actitud del rubio.
— ¿Entonces si aceptas?
— Gracias, pero como debo desempacar y me llevará mucho tiempo.
— John — un chico interrumpió de nuevo — te estaba buscando, mis padres no están en casa y ...
— No, tengo otras cosas que hacer.
— Si cambias de opinión ya sabes dónde encontrarme.
— Puedo ayudarte — Johnny volvió a lo que estaba.
— Mejor pídelo a alguien más, veo que la mitad de estás personas rogaría por 5 minutos de tu compañía.
Daniel se despidió y regreso con sus amigos.
Al día siguiente Lucille, su mamá, llamo a su puerta avisándole de un adorable rubio esperándolo en la sala.
