Pigmalión

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Nota: Entonces ... escribí este pequeño fanfic hace meses, poco después de la primera temporada, así que tal vez sientan un poco de nostalgia, eso es porque entre en una gran melancolía gracias a Daniel Y Johnny, y su poca disposición por aceptar que disfrutan de su compañía.

Estoy bien ahora, lo he superado.

...

Dibujar era lo único que pudo conservar de su padre, el único recuerdo que su madre no pudo tirar a la basura.

Ser parte de Cobra Kai fue lo mejor que le pudo pasar, gano respeto, protección de su sensei, fieles amigo y sobre todo control sobre su parte más débil, pero el dibujo le ayudaba a mantener los pies sobre la tierra y recordarle al pequeño Johnny que las cosas pueden mejorar.

Ese día despertó más inspirado de lo normal. Llegó a su salón y tomo asiento en la parte más alejada. Abrió la carpeta en las últimas hojas, eligió su lápiz favorito y comenzó a trabajar.

─ Lo perdimos de nuevo. ─ Dijo Bobby sabiendo que él ojiazul se perdía en su propio mundo al dibujar.

─ Ya quiero ver lo que hará, siempre que se concentra tanto es porque será algo genial.

─ Buenos días jóvenes. ─ El maestro en turno dio inicio a las clases.

Los ojos fueron su punto de inicio. Trazo dos orbes grandes de un café oscuro que resaltaban aún más gracias a las rizadas y largas pestañas.

─ Hoy hablaremos de Pigmalión y Galatea. ─ El maestro escribió el título en la pizarra.

El ojiazul ignoro el tema, termino de colorear los ojos y siguió con la nariz.

─ ¿Quién puede explicarme la historia de Pigmalión? ─ La mayoría de los alumnos alzaron la mano.

Johnny se concentró en la boca, la imagen más clara en su mente. Eran labios gruesos y rosados, perfectos para ser besados.

─ Señorita Mills.

─ Pigmalión fue un famoso rey de Chipre, sabio, bondadoso y trabajador. Gran parte de su tiempo lo dedicaba a la escultura pues era un magnífico escultor.

─ Así es ¿podría continuar con el mito de Pigmalión y Galatea?

─ Pigmalión busco por mucho tiempo a una mujer con la que pudiera casarse, pero ninguna le pareció suficientemente perfecta. Así que un día se propuso hacer una escultura con todas las características de lo que para él era la mujer ideal.

Johnny dio los últimos toques al rostro y sonrió satisfecho por el asombroso resultado.

─ Paso días y noches enteras en su taller dándole forma a la mujer. Esculpió meticulosamente cada detalle y cada rasgo.

Comenzó a trazar algunos mechones pelinegros sobre la frente, el cabello era corto y con una apenas visible raya de lado.

─ Al terminar la obra quedó impresionado por la belleza de la doncella, la vistió con las mejores ropas y adorno con joyas. Desde ese momento no hubo noche que pasara alejado de ella. Pasaba horas imaginando como seria su obra si estuviera viva.

El ojiazul sonrió satisfecho al terminar su dibujo, había plasmado el rostro de un chico de la misma edad que él. Ladeo la cabeza pensativo, tan lindo chico merecía un nombre. Mordió el lápiz buscando el nombre perfecto y después de unos minutos encontró el indicado. Con el lápiz colocó el nombre Daniel a un lado.

─ Una noche celebrando una fiesta en honor a Afrodita, Pigmalión le suplico de rodillas que le diera vida a su obra. Cuando el volvió a su taller se acercó a Galatea para darle un beso y se sorprendió al sentir los cálidos labios en lugar del frío marfil. La diosa se había apiadado de él y Galatea cobró vida enamorándose perdidamente de Pigmalión. Ambos se casaron y tuvieron hijos.

LawRusso OS VOL. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora