T/N es una estudiante de universidad en la facultad de medicina, tiene 20 años y conoce a la toman desde la secundaria. Baji keisuke llamó especialmente su atención desde la primera vez que lo vió, pero un infortunado suceso los separa interrumpien...
De verdad que no tiene remedio, entiendo que es su tina pero si se quería bañar primero hubiera dicho a la chica que me hiciera esperar a que saliera él, por mi no hay ningún problema, pero a no, tenía que meterse cuando mismo que yo a la tina de baño.
Su cuerpo está demasiado cerca del mío, tanto que puedo sentir su respiración caliente sobre mi cuello y percibir su aliento a menta fresca. Me distraigo en mis pensamientos sobre todo ese tiempo que estuve fuera, todas las personas que encontré y el tiempo que pasé con ellas.
Encontré buenos amigos, personas que me ayudaron a vivir por mi cuenta. Entre el trabajo y la escuela, me ayudaban con las proyectos pesados. Incluso conocí a un chico que se hizo mi novio y vivió conmigo en un apartamento con tal de asegurarse que tuviera tres comidas al día y durmiera mis ocho horas. Lo que me recuerda que no lo era, aún lo es. Había tenido tantas cosas en la cabeza que olvidé llamarlo.
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— ¿Qué tanto piensas?- olvidé que tengo a Baji aquí debajo mío, su pregunta me saca de mi cabeza rápidamente.
— En nada importante.
En ese momento recarga su cara sobre mi hombro y me da un pequeño besito entre mi hombro y mi cuello:
—¿Te puedo ayudar en algo?— niego suavemente son la cabeza— Esta bien, solo recuerda que no estoy pintando y puedes hablar conmigo de lo que sea que te moleste, o pedirme lo que sea que quieras.
Dicho eso, se recarga completamente sobre mi hombro y me hace reaccionar con una risita:
—¿Te hice cosquillas?— pregunta
— Si.....soy muy cosquilluda jajaja.— respondo entre risas, mientras que él mueve su barbilla para hacerme más cosquillas provocando risas escandalosas por parte de ambos que hacen eco entre las paredes del baño.
Terminado nos calmamos un poco y nos ponemos serios, por alguna extraña razón, eso también hace de la situación un juego de niños, me hace voltearme un poco a la derecha para quedar casi de frente mientras sigo encima suyo. Concurso de miradas, lo detecté. Nos miramos fijamente el uno al otro sin apartar la mirada e intentando que sea filosa y amenazante, la suya si que lo es, pareciera que no le agradara en lo absoluto.
Después de unos cuantos segundos más suelta una carcajada que me asusta un poco por el eco que crea en el baño, no puedo ver mi cara pero al verme él se calla de repente y me acaricia la cabeza como si fuera un cachorrito:
— Pequeñita, te asusté con mi risa perdón- quita su mano de mi cabeza y la pone en mi cintura para acercarme a su cuerpo lentamente.
Puedo entender que lo que se le ocurra justo ahora sea besarnos pero con este otro chico en la cabeza no creo poder hacerlo. Lucho contra mis propios impulsos de besarlo pero no consigo vencerlos, cuando menos lo espero me encuentro a unos milímetros de sus labios y me lanzo a besarlos suavemente. Su mano libre acaricia mi mejilla mientras que su mano en mi cintura mueve su pulgar haciendo movimientos circulares suaves acariciándola.
