"La gran noche"

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—¿Entonces vamos a ir? —Amber, mi mejor amiga está tratando de convencerme de ir a una fiesta a la cual ella fue invitada.

—No lo sé Am — Le digo Am desde que tengo memoria, ya que cuando era pequeña me costaba decir su nombre y le empecé a decir Am. Bueno, volviendo al presente, la verdad no tenía tantas ganas de ir.

—Vamos Emy, será divertido —Ella se sentó frente a mi, acomodó su hermosa cabellera rubia detrás de sus orejas y me miró con ojos de cachorro regañando, ella sabe perfectamente que con eso caigo y siempre accedo a sus locuras.

—Ash, está bien —protesto de mala gana y Am me muestra una sonrisa de oreja a oreja, dejándome ver sus hermosos dientes.

—Esa es mi mejor amiga, vamos —toma mi mano y me lleva al armario de su cuarto, el cual era bastante grande y hermoso— te pondremos este hermoso vestido y deslumbrarás a todos los chicos que pasen a tu lado —dijo pasándome un vestido rojo ajustado. La verdad es que tengo buenas curvas, estas están bien proporcionadas y no puedo quejarme mucho.

—¿No tienes otro? —pregunté mirando el vestido algo insegura — ¿Algo un poco mas tapado?

—Si, si tengo —Afirmó y se paró detrás de mi — Pero es una fiesta de unos amigos, no de unas monjas, así que muestra de lo que estás hecha —dijo llevándome de los hombros hasta quedar enfrente de un espejo y me guiñó el ojo.

—Está bien —acepte rendida, colocando mi cabello detrás de mi oreja.

—¡Bien! —chilló emocionada — ¡Ve a probártelo! —la miré con una leve sonrisa y ella pone sus manos sobre su cintura, mirándome — ¿Qué esperas? Ve, ahora —me empujo hacia el pequeño probador que tenía.

Al entrar me miré en el espejo y luego de unos minutos salí con el vestido puesto, Am me miró boquiabierta y yo me miré todo mi cuerpo encontrando alguna falla.

—¿Qué pasa? ¿T-tengo algo malo? ¿Me queda mal? —la miré con una sonrisa triste.

—No seas tonta, ¡Te ves divina! —Me dio un abrazo. Al separarse me mira con una sonrisa que conozco muy bien.

—Nono, Am, ni lo pienses.

—¡Es hora del maquillaje! —gritó emocionada. La verdad no me gusta maquillarme mucho, uso solo lo justo y necesario.

Después de unos largos minutos de "producción" cómo le diría Am, terminó de maquillarme y me mostró un espejo. Realmente es buena en esto.

—¡Wow! Am, es precioso —digo asombrada y ella me da una de sus dulces sonrisas.

—Gracias —hace una reverencia y ambas reímos — bueno, bueno, es hora de irnos o llegaremos tarde y, Amber Williams nunca llega tarde a una fiesta —dice moviendo las manos para que me levante de la silla.

Me miro por última vez en el espejo, repasándome por décima vez buscando una falla, Am parece notarlo y me da una leve sonrisa.

—Emy, te ves preciosa y no te lo digo porque eres mi mejor amiga, te lo digo porque realmente lo creo — pasa su brazo por mi hombro y me acerca a ella —así que deja de buscar fallas, porque si lo vuelves a hacer, te daré mis patadas destructoras —ella hace karate desde los ocho y esas patadas son realmente poderosas. Una vez le dio una de esas patadas a un niño que la molestó y bueno, ese niño terminó en el hospital con la nariz rota y desde ese día, aprendí a aconsejar a todos los niños para que no la molesten, porque si lo hacían terminarían igual o peor que ese niño.

—Está bien, Gracias Am —le sonreí y ella tomó mi mano y nos dirigimos a la sala, donde estaba Jaeden, el chico más lindo que eh visto, el es hermano de Am y es un año mayor que nosotras.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora