Capítulo 4

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Tomar una decisión con la cabeza fría nunca antes había sido un problema para los tres chicos. La forma en que venían viviendo su vida en grupo, cada uno con sus responsabilidades, cualidades e imperfecciones aprendidas de memoria, les daba una seguridad y un equilibrio que los hacía capaces de confiar ciegamente en sus compañeros sin tener que pelear o discutir.

Ahora no había la necesidad de hacerlo, pero no se podía romper ese equilibrio sólo con una frase.

"Creo que deberíamos seguir el camino que dijo Taehyung, Jimin" Dijo Jungkook, notando que el incómodo silencio no iba a ser roto por ninguno de sus mayores. "Nunca nos ha fallado."

Jimin los miró a los dos. No dijo más.

Jungkook tomó la mano del mayor y caminó detrás de Taehyung. Algo le decía que Jimin no estaba del todo bien y sospechaba que Tae también lo había notado.

Caminaron sin decir una sóla palabra, hasta que notaron una zona libre de árboles.

Esperaban ver la arena hundirse bajo sus pies y sentir la brisa del mar chocar contra su piel, pero en lugar de eso vieron unas vías de tren en su camino.

"Tae... llevamos caminando bastante, y no nos cruzamos con esto en la noche" Señaló Jungkook. Taehyung se volvió hacia Jimin.

Los ojos verdes del castaño se encontraron con los oscuros orbes perdidos y brillantes del pelinegro. Era como mirar un par de perlas negras.

Quizá fue un destello, quizá fue un error, pero a Jungkook le pareció ver cómo la mirada de Tae fue a parar a los carnosos labios del omega mayor.

"Guía el camino, Jimin" Dijo Taehyung, con la voz ronca que usualmente escucha cuando está recién levantado. Escucharla con un nuevo contexto se sentía... extraño. La habían escuchado tantas veces hablar de esa forma, pero ahora había algo diferente, algo que hizo eco en la cabeza de Jungkook durante un largo tiempo.

Jimin bajó la mirada un segundo antes de asentir.

Caminó en silencio, sujetando las manos de sus amigos hasta llevarlos a la playa. Tardaron menos de lo que creyeron que tomarían en salir de ese laberinto de plantas.

Vieron la arena de la playa brillar con las olas y la espuma, el puerto que antes no habían podido apreciar ahora se veía bastante más precioso de lo que imaginaron.

Había tanta paz, tanta calma...

El ambiente relajó a los dos omegas menores, pero el mayor no pudo evitar mencionar lo que pensaba, usando las palabras sin el filtro que quizá debió haber puesto.

"Se siente muy solitario. Muerto. Esta isla está muerta." La vista del pelinegro estaba clavada en el horizonte, en la línea del mar que se dibujaba hasta perderse entre un desconocido abismo azul.

Los menores no sabían qué responder, Jimin estaba muy raro. Atribuían ese extraño comportamiento a todo lo que les había ocurrido. El estrés del viaje, su cercanía con la muerte, el celular roto, el ambiente misterioso de la isla, el accidente de la mañana, la caminata en la selva y como cereza del pastel, el último día de su celo.

Ambos concluyeron que lo que menos necesitaba Jimin en este momento era discutir... o hablar. Lo que Jimin necesitaba era una tarde de relajación.

Jungkook fue el primero en actuar. Se quitó la camisa y luego los zapatos. Taehyung lo miró sonriente, imitándolo.

"¡Vamos a nadar un rato!" Gritó el menor del grupo. Jimin finalmente les prestó atención. No estaba tan emocionado por el mar como en ocasiones anteriores, pero logró animarse lo suficiente como para esbozar una sonrisa y asentir.

"El mar nunca muere, me llama, soy de él."

Ninguno de los dos menores logró escuchar ese susurro, y aún si lo hubieran hecho, no lo hubieran entendido. Quizá ni siquiera ocurrió. Quizá no salió esa oración de sus labios. Quizá no era Jimin quien estaba hablando.


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Perdón por el capítulo tan corto, espero que les esté gustando ésta historia, es bastante sencilla pero está hecha con amor. Sé que avanza muy lento, sin embargo, pronto valdrá la pena, se los aseguro. 

Lo mejor aun está por llegar.

:)

Golden Valley - vminkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora