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«Y somos los únicos que quieren elegir Siempre quieren jugar Pero nunca quieren perder».✃- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Había sido el color azul de sus ojos lo que llamó tanto su atención. Era su aspecto, su voz, sus amigos lo que lo hacían una persona potencial para su retorcido plan..
Jeon Jungkook de solo quince años, cursaba el cuarto año en la preparatoria. Tenía un padre trabajador y una madre atenta. Amigos con los que se juntaba algunos fines de semana, pero lo que no entendía, era porque Jungkook algunas veces prefería estar sin compañía. No entendía ese gusto aterrador que tenía por pasar largas horas sentado bajo algún árbol sin importar la estación en la que estuviesen.
Ajeno al hombre que lo seguía desde hace una semana, con pasos lentos y tranquilos, Jungkook caminaba hacía la escuela para otro largo y aburrido día. Pensaba en como lograr que el profesor no notará que dormía en la parte de atrás porque la noche anterior no había podido pegar un ojo. Y no era que Jungkook tuviera mala conducta u notas bajas, de hecho, Jungkook era el segundo de la clase con el mejor promedio, pero tenía un especial desagrado por las clases de historia. En él caminó se encontró con una de sus mejores amigas; Rose
Rose era preciosa ciertamente; de piel acaramelada y ojos marrones adornados con pestañas densas y largas. Era regordeta, pero no tenía ningún complejo aparente con su imagen, pero le dedicaba más tiempo a peinar su cabello negro y largo que a terminar de pintar sus uñas de carmín.
En secreto tenía un enamoramiento por Jungkook aunque nunca tuvo la oportunidad ni el valor de decírselo y aunque Namjoon estaba al tanto de ese brillo cósmico que tomaban los ojos de Rose, estaba más que convencido de que ella no era para Jungkook
Entraron a la secundaria luego de caminar unas cuantas calles más, mientras que Namjoon se quedó afuera.
—¡Hey, Jungkook! —Saludó su otra amiga Jisoo
Jisoo era la estudiante de intercambio proveniente de Europa. Llamaba la atención por su piel y cabello rizado. Sus ojos whisky y su acento lograba sacarle una sonrisa al más serio de la preparatoria.
—¡Jisoo! —Saludo él con una sonrisa que le llegaba a los ojos.
Mientras ellos iniciaban una conversación, Roce se retorcía de celos tras una sonrisa fingida.
La clase dio inicio, y Jungkook junto con sus amigas caminaron hacia el salón correspondiente teniendo matemáticas en la primera hora.
La mañana siguió su curso, y ahí seguía Namjoon mirándolo ocultó entre autos y árboles.
Cuando las muchachas se fueron, Jungkook tomó un camino diferente. Lo siguió hasta el parque que solía frecuentar. Se sentó bajo de algún árbol y comenzó a escribir algo que Namjoon moría por saber.
Estuvo horas así, escribiendo en silencio, aislado, sin notar cuanta vida había alrededor. Estaba sumido en su mente, no se preocupó por el reloj ni por cuántas veces un grupo de niños le lanzaba el balón sin querer.
Y cuando la noche llegó, se trepó en un árbol para ver lo que Jungkook hacía al llegar el momento de dormir. Y quizás Namjoon se estaba olvidando del concepto privacidad, pero quería entenderlo todo acerca de Jeon Jungkook.
No quería tener que matarlo como a esas parejas que no lograron encajar entre sí. Quería buscar a alguien que pudiera entender sus silencios o sus ganas repentinas de querer estar solo; quería ver a Jungkook alguien que lo aceptará tal cual era sin tener que quejarse porque siempre se levantaba tarde o porque se olvidaba de sacar la basura los sábados a la mañana. Quería a alguien perfecto para él.
Al día siguiente, cuando Jungkook se despidió de su madre con la misma promesa de verse luego, Namjoon decidió darle un respiro —Y darse un respiro el mismo de la rutinaria vida de Jungkook.
Caminó escondiéndose. Había olvidado lo que era caminar tranquilamente por las calles y tener libertad, era el pequeño gran costo que tenía que pagar luego de asesinar a tantos y ser calificado con un loco por el jurado en su juicio de años atrás.
Entonces lo vio. Intentaba pasar desapercibido, pero con esos rizos largos le resultaba casi imposible de hacerlo. Llevaba los ojos verdes mal deliñados y una mirada dura e inexpresiva. Era alto, podría jugar básquet si quisiera, pero a juzgar por su vestimenta negra Namjoon casi podía afirmar que no era fanático del deporte o de alguna actividad que requiera trabajo en equipo.
Pensó en Jungkook inevitablemente. Él era tan opuesto al de ojos verdes que le era imposible no verlo encerrados por los próximos seis meses.
Y cada vez que lo miraba, sentía con toda la certeza del mundo que él era lo que Jungkook necesitaba.
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🎋Gracias por leer.
🎋Moonmxsun
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↱⋆Durmiendo Con El Enemigo⋆↲ JIKOOK 「Adaptación」
Fanfiction⌠ •❅──────✧✦✧──────❅• ⌡ Jimin y jungkook son sometidos al encierro donde el paciente psiquiátrico Kim Namjoon mantuvo prisioneros a sus víctimas antes de matarlas por 'no enamorarse' Jimin y Jungkook tiene seis meses para enamorarse antes de tener...