soulmate || victoria de angelis (TERMINADA)

parte única

A los 7 años, Victoria conoció a Carina.

La segunda llegó nueva a la escuela donde cursaba Victoria y enseguida se hicieron grandes amigas.

Pasaban los días juntas en el colegio. Tenían más amigas, pero entre ellas era algo especial. Una conexión raramente establecida entre dos personas. Por eso Victoria pasaba los días pensando en su amiga y viceversa.

Hacían carreras en bici, visitaban museos, iban al mismo conservatorio de música, pasaban muchísimo tiempo juntas.

Con los años, la atracción de Vic hacia su amiga se hizo más grande, comprendiendo que sentía amor por ella. Amor romántico. Se había enamorado de su mejor amiga. Y sabía que aquello iba a doler, pero no imaginó cuanto.

Ambas pertenecían a Måneskin. Victoria en el bajo y Carina era su "manager" antes de que todo se volviera muy profesional. No tenía vergüenza alguna, por lo que siempre hablaba con teléfono con todos y les conseguía pequeñas actuaciones en bares, clubes, fiestas y todo tipo de eventos.

Por ese entonces Victoria empezaba a descubrir su sexualidad. Se preguntaba por qué le parecían tan bonitas las chicas, en especial Carina.

Se lo dijo a ella, evitando la parte que la metía al tema e investigaron.

Bisexual, persona que se siente atraída tanto con personas de su mismo sexo como por personas de un sexo distinto al suyo.

Carina mencionó que era normal, todos se habían sentido atraídos por alguien de su mismo sexo o género en su vida. Que no se preocupara, que ella iba a estar siempre a su lado.

Victoria la miró confusa, ¿A ella también le había pasado? No le quiso preguntar. Si no había hablado con ella de ese tema es porque no quería mencionarlo.

"¿Has besado alguna vez a una chica?"

Preguntó Carina. Victoria negó. Había besado a algún chico, pero había sido una tontería. Lo había hecho más por la presión social que por placer.

"No, nunca. ¿Tu?"

"Tampoco"

Carina se acercó y le dio un beso en los labios a su amiga. Las dos se quedaron algo petrificadas. No sabían cómo reaccionar. Se alejaron un poco incómodas.

Desde entonces han pasado seis años. Ambas jóvenes ya tienen 21 y Måneskin está triunfando por todo lo alto.

Mientras estudia, Carina se gana la vida dando clases de música, su pasión.

Aquel día era importante, Damiano tenía que contarles algo. Por lo que les había citado a todos en su restaurante de confianza. Este pertenecía a la familia de Leo e iban allí desde que eran adolescentes.

Victoria y ella elegían algo que ponerse en casa de la bajista. Nunca podían estar separadas.

La rubia ya estaba cien por ciento segura de que estaba enamorada de su amiga. En ningún momento dejaba de pensar en ella. Su pelo largo y castaño oscuro, casi negro, sus ojos avellana que te miraban profundamente. Era imposible no enamorarte de su aspecto.

Y eso pasó factura.

Leo les esperaba a todos en la puerta del local.

— ¿Por qué no entras? Es de tu familia.— preguntó Ethan apagando su cigarrillo.

— No quiero aguantar a mi madre recolocandome el traje cada dos minutos y mi tía diciéndome que a dónde voy tan arreglado.

Thomas giró su cabeza, hacia el lado derecho de la calle, viendo a Victoria y Carina correr como podían en sus tacones.