Capítulo III

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Bien, mira—comenzó sonando calmado — apenas te conozco y ya me das mucho asco, pero no soy yo ni tú el del problema sino mi tío por haberte puesto aquí conmigo. Así que por qué no me haces un favor y cuando yo esté en la habitación trates de estar lo más inmóvil, callado o ausente que puedas. Y no estoy dispuesto a hablar y mantener conversaciones constantes contigo y por lo tanto no quiero ser tu amigo, pero mi tío me pone en una situación complicada así que tienes que cooperar.

Tras negarme para dar a entender que el que necesitaby ser amenazado con un curso miserable no tuve mas que aceptar.

Pero hey, hice un descubrimiento. Berrinchitos es sobrino del director.

(...)

El sonido retumbante de los altavoces emitían un audio de una campana, dando a entender que la última clase del día de hoy había acabado.  Con todos mis libros ya dentro de la carpeta me dispuse a ir a C-12.

Alguien vociferó a lo lejos y solo entendí la palabra nuevo, supuse que era conmigo así que me giré y un chico de piel morena y rizos negros se acercaba a pasos rápidos.

Era el presidente Daniel Parker, vino para darme un recorrido por toda el área y la verdad me hizo  un gran favor ya que tuve que encontrar mi clase yo solo porque Paul se rehusó a que me guiara por los pasillos hasta nuestra aula.

El recorrido fue de lo más divertido. Tras el recorrido nos dirigimos a la habitación, al parecer es un buen amigo del berrinchudo. En cuanto entramos Paul nos observó y de un salto salió de su cama para saludar amistosamente a Daniel ignorando completamente mi existencia.

Ya entiendo porque no tiene amigos, aparte del presidente.

Al pasar a tercer plano no me quedó de otra que hacer mis deberes mientras tanto los otros dos hablaban sin parar al otro lado de la habitación, afinaba mi oído para tratar de escuchar pero fue en vano. En fin, me coloqué mis audífonos y terminé con mis asignaciones.

Bueno chicos nos vemos a la hora de cenar, hoy tenemos fiesta gracias a ti Wood—finalizó Daniel saliendo de la habitación—

Paul vio cerrar la puerta y se giró en mi dirección. Oh, ahora notas mi presencia.

¿Cómo estuvo tu primer día de clases?—cuestionó con una sonrisa burlona—

No que querías que estuviera inmóvil, callado y ausente en tu presencia— recordé emitiendo sus mismas palabras—

Te eh preguntado algo de buena manera, chorizo. Respóndela— sentenció ensanchando su sonrisa—

¡Deja de llamarme chorizo!—me quejé soltando un pequeño chillido, esto solo le causó más diversión— En pocas palabras, tardé casi 20 minutos buscando nuestra clase por tu culpa y...

Durante ese tiempo en el que estuve parloteando  sobre mi día el berrinchudo tomó ropa y se adentró al cuarto de baño.

Me vale meierda—masculló para que no lo pudiese oír—

¡Que sepas que te he oído!— exclamé cruzándome de brazos—

¡Paul es una chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora