Telepathy ☂ [YoonMin]

Capítulo 01: Aliviemos la ansiedad con un poco de café.

Eran aproximadamente treinta y cuatro pasos medianos para llegar a su casa desde la parada de autobuses.

Jimin cerró sus ojos, contando en su mente cada pisar, sus hombros poniéndose tensos cada vez que el conteo llegaba a su final.

Veintinueve.

Su boca secó.

Treinta.

Sus manos comenzaron a temblar.

Treinta y uno.

Mordió su labio.

Treinta y dos.

Tomó una gran bocanada de aire.

Treinta y tres.

Abrió sus ojos.

Treinta y cuatro.

Detuvo sus pasos.

Se quedó observando la madera de la puerta, hosca y desgastada. Incluso sin entrar podía escuchar la voz de su madre, una que le provocó un ligero dolor de cabeza de forma instantánea.

Apenas iba a sacar sus llaves cuando la puerta se abrió, su hermano menor frunciendo el ceño apareció en el umbral. Llevaba una chaqueta de cuero color negro que lo hacía ver con mucho más volumen y más intimidante de lo normal. Chasqueó su lengua dentro de su mejilla mientras miró a Jimin con una mueca de desagrado antes de pasar por su lado, no sin golpear su hombro con el suyo.

Tan pronto como escucho el ruido de las rejas chocar, Jimin se permitió resoplar. No debía mostrarse sorprendido por la actitud grosera de Jungkook, especialmente cuando el chico no solía ser así con él; o el menos, esas eran las creencias de Jimin.

—Pero que molestia, ¿te quedarás todo el dia parado ahí o vas a entrar? Ven y saluda a tu abuela, vino de tan lejos sólo para vernos, ¿trajiste algo en el camino? Justo te iba a mandar a comprar un par de chuletas para guisar, tu abuela quiere un poco de carne.

Su madre se encontraba con un cigarrillo en los labios mientras se movía con una cafetera en manos por la cocina.

Jimin sintió su pecho oprimirse cuando miró a su abuela sentada en el extenso sofá de la estancia.

Ella arqueó una ceja, con su peculiar lunar arriba del labio y el cabello largo y canoso escondido en un gorro de lana.

—¿Qué tanto me miras?, ¿no me vas a saludar?

Se apresuró a descalzarse en la entrada y hacer una pequeña inclinación a la mujer mayor.

—Le digo, madre —habló su mamá—, es un desagradecido, ni siquiera pudo traer algo en el camino, ¿cierto?