Telepathy ☂ [YoonMin]

Capítulo 04: Soy demasiado joven, mi cuerpo es el...

"Soy demasiado joven, mi cuerpo es el único adulto. Una por la risa, dos por el show, como si estuviera muy bien, todos los días me consuelo". 

La mañana que entró al salón de profesores, Jimin se sorprendió de no haber encontrado a nadie. Siempre había alguien tomando café, el profesor de educación física era el que mas se la pasaba sentado leyendo un libro al fondo, pero esta vez, sólo había soledad rodeándolo. Ni siquiera escuchó el parloteo de Sanghyuk.

Miró el reloj de su muñeca confundido, estaba seguro de que había llegado a tiempo, tampoco había visto a nadie en el gimnasio ni en la cancha asambleísta, de hecho, Jimin se dio cuenta asi que, en su camino hacia su asiento, tampoco había visto a ningún alumno.

Salió hacia el pasillo, no había luces encendidas, y aunque la poca luz del día entraba por los altos ventanales, todavía había una pesada oscuridad que provoco que Jimin tuviera cuidado en cada paso que daba.

Escuchó un ruido que hizo eco, muy parecido al bastón de su abuela. Se dio media vuelta para darse cuenta que al fondo había una persona.

Pero no era cualquier persona, era él.

Sintió su pecho apretar por la emoción, pero también había un aguijón de intranquilidad en su pecho, por primera vez en mucho tiempo, aquella persona caminó hacia él, pero Jimin no estaba tranquilo.

Esa persona de traje y elegantes guantes negros estiró su mano hacía él, parecía querer que Jimin fuera con él. Y aunque el deseo que hirvió en sus venas fue alto, el pelirrojo se abstuvo de caminar hacia adelante.

Sin embargo, el crujir del suelo fue más aterrador de lo que Jimin pudo soportar y jadeo asustado, retrocediendo con el miedo golpeando en su garganta queriéndolo hacer vomitar, no, definitivamente ese hombre no era el mismo de sus sueños, no estaba sintiendo ninguna emoción pacifica ni alegre, la angustia se lo estaba comiendo vivo y sólo aumentó cuando ojos rojos brillaron entre la neblina que comenzó a oscurecer la visión de Jimin.

Antes de que el chico pudiera gritar por ayuda, esa persona ya se había lanzado hacia él con colmillos filosos de fuera.

Jadeo.

—¡Jimin!, ¿Qué tanto haces ahí dentro?, ¡Llevo hablándote desde hace rato!, ¡Ve a comprar carne al supermercado!, ¡Jimin!, ¡Más te vale estar despierto! —Los golpes de su madre contra su puerta lo hicieron buscar a tientas su telefono.

Eran apenas las nueve de la mañana, suspiró pasando una mano por su frente para limpiar el aparente sudor, no había tenido una buena noche y el sueño que se sentía tan vivido en su piel lo había dejado con un dolor de garganta bastante real.

Cuando abrió la puerta de su habitación, su madre tenía el puño arriba y lo bajó con una expresión molesta.

—¿Ahora te volverás un holgazán?, mírate nomas, ¡ni siquiera te has duchado!, apresúrate y ve a comprar más carne, tu abuela desea más —su madre se alejó despotricando más cosas en voz baja a las que decidió no prestarle atención.