prólogo.

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Tzuyu siente a su sangre trasladarse por sus venas, un ardor que casi la hace sentir envuelta fuego

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Tzuyu siente a su sangre trasladarse por sus venas, un ardor que casi la hace sentir envuelta fuego. Pasa sus uñas por la madera de la puerta, la cuál después de unos largos segundos es abierta por una japonesa de un aspecto adorable.

Tres pares de orbes la miran fijamente, sin parpadear.

La alfa hace una reverencia corta hacia aquellas señoritas que la admiran, un leve rastro de sudor descendiendo por su espalda, tomando su columna vertebral cómo camino.

—Mi señora, ¿que decidió?

Cuestiona con los ojos dirigidos hacía la omega restante, su precioso vestido blanco que la hace lucir tan femenina, su largo cabello entrelazado entre sí formando una trenza perfecta y unos mares de miel que lucen tan estremecedores.

Su espalda se ladea una vez más y su cabeza es inclinada hacia abajo en una muestra de total respeto hacia la mujer que recientemente vio.

El resonar de unos tacones contra aquellas losas de excelente calidad le hacen latir el corazón fuertemente, saber que esa persona se está aproximando hacía ella es suficiente para que los nervios se apoderen de todo su cuerpo.

Tzuyu siente una suave mano apoderarse de su mentón, una cálida caricia es suficiente para que ella levante mínimamente su rostro y encare a esa dulce chica.

La omega de piel lechosa sonríe con un brillo letal en los ojos.

—Ese bastado tiene los días contados, Tzuyu. Él deseara nunca haber nacido.

La alfa asiente, reposando su mano derecha en su cinturón favorito, dónde su pistola hecha únicamente para su uso se esconde, una dulce y atrevida guerra de miradas es lo que sucede segundos antes de que ella vuelva a charlar.

—Como usted lo ordenó, mi señora.

ola q tal si otra historia perO esta vez es natzu

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ola q tal si otra historia perO esta vez es natzu

el mundo debe apreciar más este shipp siksi

¡¡ solo ficción !!

time.  ;  n. tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora