- Isabelle – susurré y alzó la mirada – ¿Mi regalo? – reaccionó y me ayudó a levantarnos –
El problema es que al ayudarme, quedamos muy cerca, ella tenía sus manos en mis caderas y yo sobre sus brazos rodeándola, tragué saliva mientras ella sonreía de lado, me pidió unos minutos y fue hasta el coche, sentí que me volvía la respiraciones y me mordí el labio inferior, no entiendo porque simplemente no la besé y ya.
- Que gilipolla soy – susurré cabreada y salí de la cocina para acercarme al sofá y sentarme –
- Volví – aviso y alcé la mirada para sonreír al verla llegar –Me levanté del sofá y llegué hasta ella, me miraba como si fuese algo abstracto y por un segundo me sentí así, sus manos estaban detrás de su espalda y ya moría de la curiosidad, me mordía el labio y ella me miró seriamente cuando bajó sus ojos hasta mis labios y tragué saliva ¿qué le cabreó?.
- ¿Qué sucede? – pregunté nerviosa y volvió su mirada hasta mis ojos –
- No hagáis eso otra vez – soltó ronca y fruncí el ceño –
- ¿Hacer qué? – pregunté confundida y suspiró –
- Morderte el labio – la miré interrogante y se acercó hasta quedar tan cerca de mí que nuestras respiraciones se mezclaban –
- ¿Por qué? – pregunté nerviosa y pasó su mano por mis mejillas –
- Porque me incitas a robarte mil besos – respondió tan directa como siempre y mis piernas flaquearon –
- Eso es lo que más quiero desde que te conocí – dije con la voz entrecortada y ronca, Isabelle paso su mano por mis caderas y me pegó más a ella –
- ¿Segura nadie viene a esta casa ahorita? – negué – ¿Entonces quieres que te bese? – susurró rozando nuestros labios y cerré los ojos –Más tarde o quizá mañana me iba a arrepentir pero ahorita lo que más anhelo esta frente a mí, pase mi mano por su nuca y terminé de pegar nuestros labios, por favor, extrañaba esa sensación de sentirme en casa, juro que lo extrañaba, nuestro beso comenzó suave, lento, tranquilo, luego se intensificó y nos separamos unos segundos por falta de oxígeno, pero volvió a besarme y un rato después sentí sus dos manos en mis muslos, las subió hasta mis caderas y me alzó, no nos separamos hasta que nos quedamos sin oxígenos.
- ¿Dónde voy? – susurró con voz ronca e intenté pensar sólo que viéndola no podía hacerlo –
- Arriba, al fondo – susurré -Pasó su mano por mi cabello para volver a besarme, subió las escaleras conmigo encima y besándonos, cuando llegamos a la planta de arriba, me pegó a la pared y un fuerte gemido salió del fondo de mi garganta, seguía caminando mientras me pegaba a la pared cuanto podía y llegó a la habitación, abrió y me guió hasta la cama donde me acostó.
Nos miramos unos segundos y volvió a besarme, bajé a su cuello, donde besé, lamí y mordí cuanto quise mientras oía sus jadeos, solté su cabello y ella me subió a horcajadas encima de ella, por Dios esto era demasiado excitante, muy ardiente, era lo que siempre quise desde que la conocí en Enero y ahora lo estaba viviendo.
- ¿Estás segura? – susurró en medio del beso y me alejé a verla sus ojos cafés estaban oscuros y dilatados, acaricie sus labios hinchados y le volví a besar –
- Más segura que nunca – susurré y ella asintió –Me quitó lentamente la polera y me dejó en brasier admiro mi torso y sentí pena, nunca nadie me había visto desnuda, ni nada, al menos que fuese playa y era difícil también. Me quito el brasier lentamente y sus ojos se dilataron aún más cuando me vio sin nada que me tapara, su boca fue a mi seno derecho y me arquee mientras jadeaba y su mano acariciaba mi otro seno, jugó con ellos un rato y bajo con beso por mi abdomen, volvió a acostarme, estaba encima de mí. Le quité la camisa manga larga y solo escuchamos algunos botones caer al suelo y un gemido salió de su boca, me encendió aún más y me mordí el labio al verla tan excitada. Se terminó de quitar la camisa y me quitó los vaqueros en cuestión de segundos para volver a besarme y bajar por un camino de beso hasta mi feminidad, lo cual sin tocarme ya estaba muy húmeda.
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Mi vecina de al frente
RomanceNunca me había gustado nadie del vecindario, incluso la mayoría no me cae bien, excepto un par de amigos, con los que me crié, todo era hermoso, hasta que una mañana la vi llegar, tan imponente, tan divina, tan increíble. ¿El problema? es mi vecina...