Capitulo 2
LA CHICA QUE SE PERDIÓ
Me duele la cabeza, cierro los ojos ante el dolor y cuando los vuelvo abrir veo todo borroso. Trato de dar unos cuantos pasos, pero me tambaleo y estoy a punto de caer cuando alguien lo evita.
Me acomoda en sus brazos y me carga. Sigo mareada peleando por saber que sucede, logro ver unas botas marrones llenas de tierra. Uno de mis brazos cae y cuelga al compás de sus pasos, hay demasiado silencio. La suave brisa que llega y choca contra mi hace que cierre mis ojos y me suma en la oscuridad.
Escucho el sonido de un auto pasar, despierto rápidamente y miro a mi alrededor asustada. Me tranquilizo al ver que no estoy dentro del bosque, sino que me encuentro junto a un árbol justo al lado de la carretera. Me levanto y reviso que todo este en orden. Empiezo a caminar a casa, ya es tarde.
Llego hasta una parada de autobús, hay una pequeña llovizna así que me refugio allí. Reviso mi teléfono viendo que tengo una llamada perdida de papá, le escribo para que no se preocupe. Guardo mi celular y miro el cielo, no creo que me resfrié por unas cuantas gotas de agua.
Estoy decidiendo si esperar o no cuando veo a alguien parar frente a mí. Es un chico en su bicicleta, lleva un impermeable amarillo cubriéndolo, nuestras miradas se encuentran. Es algo momentáneo hasta que sigue su camino cuando el semáforo cambia a verde. Sin embargo, sus ojos... me transmitieron un vacío, tristeza.
Recuerdo que al volver a casa papá lloro los días siguientes. No se que paso exactamente pero siempre lo escuchaba, lloraba encerrando en su cuarto y al llegar la noche dormíamos en su habitación. Me abrazaba con cariño con miedo a que me fuera. Lo sé porque cuando él creía que yo dormía yo en realidad escuchaba cada lamento que se hacía. Se echaba la culpa de mi desaparición.
Esa mirada me recuerda a la suya.
Mis pies se mueven por si solos, perdida en mis pensamientos llego a casa. Es entonces que se escucha un estruendo, una tormenta se desatara.
Subo a mi habitación a cambiarme luego de asegurar las puertas y ventanas. Al sacarme los zapatos veo que están llenos de tierra. Decido que será mejor tomar una ducha. Lleno la tina y le hecho una de esas cosas que compre la semana pasada para que haga un poco de espuma.
La semana anterior, en mi cumpleaños, papá me regalo un celular nuevo y me dio dinero para gastar. El piensa que tengo amigas, así que con esa excusa salí ese día y miré algunas tiendas viendo que comprar, distraerme. La psicóloga que tenia siempre me dijo que despejara mi mente y buscara algo para pasar el tiempo.
"Los recuerdos volverán poco a poco, tal vez si sales más puedas reconocer lugares, algunas personas, algo que te ayude a saber que paso en ese tiempo que no estuviste"
Pienso en eso todo el tiempo. Ese día no logre recordar nada, sus palabras fueron alentadoras, pero solo eran eso. Deje de verla hace mucho, cuando le pedí a papá que no gastara mas dinero en algo que realmente no me ayudaba. Así fue como recibí dinero para mi cumpleaños.
Sonrió, con eso me compre algunos libros. Me encanta mucho leer.
Al lavar mi cabello suelto una maldición, me duele detrás de la cabeza. Ah, debe ser el golpe. Frunzo el ceño pensando lo que sucedió, quien fue, quien me cargo y me dejo luego cerca la carretera. Yo estaba escapando y luego que...
Clavo mi mirada en la pared.
Botas cafés, llenas de tierra
Después de bañarme, me pongo el pijama y busco debajo mi cama esa caja. La abro apresurada y saco todo esparciéndolo en mi piso para ver.
Son fotos y artículos recortados del periódico, hace mucho hice esto, investigue todo lo relacionado a mi caso pensando que ayudaría a mi memoria. Descubrir que paso, que fue de mis esos diez meses. Lamentablemente me harte y tire todo en una caja debajo de la cama.
Había decidido no saber.
Encontré una hoja entre el montón y la levante leyendo:
''El niño declaro haber visto a alguien que lo seguía cuando volvía de la escuela, este fue uno de los cuantos que se salvó de la horda de desparecidos el mes pasado, dice que alcanzo a ver que el hombre tenía botas cafés manchadas de lodo. Estuvo a salvo gracias a que grito y unos vecinos de la zona salieron a ver que sucedía.''
Botas cafés.
Suspiro, es absurdo. Aun así, siento como si las recordara.
Guardo todo nuevamente, pero me detengo al verlo. Es la lista de desaparecidos.
Adal Fischer
Christa Bettina Bauer
Hanna Schäfer
Franz Faber Neumann
Thara Frauke köhler
...
La lista continua. Miro mi nombre y las lagrimas se acumulan en mis ojos.
Siempre seré la chica que se perdió.
