「je t'aime ; michaeng」

f.i.l.a

Estaba en clase de filosofía, esta era la última clase del día, cosa que me hacía estar cada vez más nerviosa, había terminado la carta en la que lo decía todo, en donde estaba escrito cada detalle para la confesión "perfecta".

Al finalizar la clase me dirigí al baño, lavé mi rostro con un poco de agua y luego sequé mis manos; fue directo al casillero de Chae-young y me detuve frente a su puerta.

Lo observé un momento y luego introduje una de mis manos en mi bolsillo derecho, saqué el pequeño sobre que se encontraba dentro de mi falda, deslicé la carta entre las rejillas de su locker; tomé un fuerte suspiro y luego me alejé con prisa hasta salir de la escuela.

(...)

Estaba recostada en el espaldar de mi cama cubierta por una manta blanca, veía la pantalla de mi celular, tenía la esperanza de recibir un mensaje por parte de ella, esperaba su respuesta ante mi declaración. Estaba un poco cansada así que decidí dejar mi teléfono a un lado y me acurruqué entre las sábanas, cerré mis ojos y comencé a jugar con la pulsera que colgaba en mi muñeca izquierda; cuando estaba a punto de quedarme dormida el sonido de mi celular me lo impidió, obligándome a tomarlo y observar el mensaje en mi bandeja de entrada. Era ella, había esperado hasta el último momento para escribirme.

Niña Fresa 🍓¡!:

Es muy tarde, lo sé, pero no tuve el valor para escribirte antes. ¿Podríamos vernos en el parque central, justo en el cerezo a la 1:00 a.m.?, debemos hablar.

12:00 m.

Bloqueé de nuevo la pantalla al leer el mensaje y me cubrí el rostro con una almohada; ¿Y si no era ni siquiera capaz de mirarla a los ojos?, ¿Cómo reaccionaría al escucharla hablar acerca de la carta?. Tenía claro que no pasaría nada bueno, pero no podría ser una cobarde y no atreverme a hablarle cara a cara.

Pingüina Linda <3:

Claro, nos vemos en el cerezo.

12:10 m.