Crimen: La suplente | #1 (EN REVISIÓN | CORRECCIÓN)

Prólogo

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Las luces de varias patrullas y una ambulancia iluminaban por completo casi toda esa oscura carretera que se hallaba envuelta por un bosque cuyo verde apenas era visible. Destellaban en tonos azules y rojos gracias a las sirenas intermitentes. Un accidente, eso es lo que ocurrió. Dos autos en medio de la carretera, aparentemente se habían impactado de frente. Ambos conductores habían fallecido.

Un Mercedes-Benz del año 2000, de color negro, pertenecía a Miare Brown, de treinta y dos años de edad. Mientras que el otro auto, de la misma marca, pero de la clase C del 2004 y de color azul, pertenecía a George Davis, de cincuenta y seis años, aparentemente en estado de ebriedad. Se encontraron varias botellas de alcohol en el auto.

Un hombre, de un metro setenta y tres de altura, se aproximaba decaído. Sus ojos, de un color café oscuro, y su cabello negro, denotaban un aspecto desaliñado. Un pequeño tatuaje adornaba su brazo derecho. Era David Brown, esposo de Miare. Estaba completamente destrozado y suplicaba a gritos que todo fuera una pesadilla de la que nunca quisiera volver a soñar.

Dave estaba sin ninguna expresión facial en el funeral. Tenía ojeras y no se había peinado. La madre de Miare, la única con vida de sus padres, lloraba desconsolada. Dave miraba a cada persona que estuviera alrededor del ataúd.

El mejor amigo de Dave, Mario, se le acercó y se sentó a su lado. Quiso abrir la boca, pero se tardó unos segundos, estaba pensando. Decidió no decir nada, se puso de pie y volvió a alejarse.

En la mente de Dave, solo se puso de pie y empezó a gritar desconsolado. Se acercó al ataúd y lo derribó con todo y el cuerpo de su esposa. Quería seguir convenciéndose de que todo era una pesadilla de la que no despertaría jamás. Solo lo estaba pensando.

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