Capítulo 5: Stan

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Finalmente, era miércoles al mediodía. Sólo cuatro horas y vería a Kyle en su hábitat natural en la librería. Esto va a ser divertido.

O eso era lo que creía.

– Hombre, hace mucho frío hoy... –dijo Clyde mientras frotaba sus brazos–. Creo que va a haber una tormenta pronto, o eso es lo que me advirtió la app del clima.

– Sí... Esas nubes se ven horribles –comenté–. Pero estará bien si me quedo en un lugar cerrado, ¿no? Iba a ir a la librería pero si se pone a llover...

– No, creo que estarás bien. Sólo estáte preparado. ¿Estás hablando de tu cita? –me molestó Clyde.

Rodé mis ojos y vi a Token comentándole algo a Clyde. Decidí chequear mi celular. Recibí algunos mensajes de compañeros relacionados con proyectos grupales pero lo que tomó mi atención fue un mensaje de mi madre. Leí cuidadosamente mientras caminaba a mi siguiente clase. Ella me estaba preguntando si podía ir hoy a casa a pesar de que sabía que tenía una algo así como cita importante este día. Suspiré y escribí preguntándole qué era tan importante como para pedirme algo así.

– Espero que el Señor Meyer no esté de mal humor hoy –repentinamente comentó Token–. No etsy de humor para lidiar con su mierda hoy.

Cuando lo miré, vi que estaba frunciendo el ceño. Después de ir al dentista, Token nos dijo que necesitaría usar brackets y eso me hizo sentir pena por él. Usar brackets en la universidad realmente apestaba. Desde entonces, Token había estado con un humor terrible.

– Sí... Yo igual. Cuando está enojado, usualmente nos hace resolver ejercicios de mierda difíciles y nos evalúa sin siquiera avisarnos de antemano –respondí poniendo mi celular devuelta en uno de los bolsillos de mi pantalón.

Entramos a la sala de clases llena de computadores. Me senté en uno de los espacios de trabajo. Prendí el computador y me sentí cansado de solo pensar en la tarea de hoy. Miré a una de las esquinas de la pantalla donde se encontraba la hora plasmada. Pronto mi cita empezaría.

Corrí al lugar en que decidimos encontrarnos. Ya que Kyle fue a casa más temprano que yo, decidimos encontrarnos en la estación donde su librería favorita se encontraba. Estaba casi sin aliento cuando llegué al lugar de encuentro. Vi a mi alrededor y fijé mis ojos en un gorro verde. Era la primera vez que veía a Kyle con ese tipo de gorro; era una ushanka. Yo solía ocupar un gorro clásico con un pompón de colores rojo y azul; sin embargo, decidí dejar de usarlo sin razón alguna.

Caminé hacia él, sonriendo. Él se encontraba observando su smartphone muy enfocado pero le tomó sólo un segundo dejar de tomarle atención a la pantalla y notarme. Inmediatamente me sonrió y saludó con su mano. Tan pronto como llegué a su lado, noté que de nuevo estaba nervioso. Pude apreciarlo mejor cuando comenzamos a caminar hacia la salida de la estación en dirección hacia donde supuestamente estaba la librería. Kyle llevaba puesto unos skinny jeans de color verde oscuro, un par de botas negras de la marca Dr. Martens, y una chaqueta anaranjada. Sus rizos rojos se podían ver incluso con el gorro puesto. No podía evitar pensar en lo adorable que se veía y cómo quizás se vería con mi ropa puesta y descansando en mi cama.

Sacudí mi cabeza tratando de enfocarme en la realidad. Me di cuenta entonces que estábamos entrando a una pequeña tienda entre muchas.

– ¿Qué librería es esta? –pregunté curioso mientras echaba una mirada al libro aleatorio que había tomado–. Este lugar parece viejo. Nunca había venido aquí.

– Me lo imaginé –respondió Kyle mientras caminaba, mirando a todas partes menos a mí. Creo que debe estar buscando un libro en específico–. No muchas personas vienen aquí. Me gusta a pesar de ello. Ya que es vieja, puedes encontrar las primeras ediciones de libros que me gustan.

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