- Parte 3.

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— Lou - susurró en su oreja - estamos en clase... - suspiró.

— ¿Ah, si? — sonrió de costado, fingiendo confusión - no me había dado cuenta, amor.

Harry bufó con molestia pero se mordió el labio, aguantando los suspiros pesados por culpa de los besos en su mandíbula y el pulgar del mayor tan... cerca. Demasiado. Caliente.

Se le pusieron los pelos de punta y exhaló aire cálido al sentir la yema del dedo de Louis haciendo fricción con la punta de su pene, a través de la ropa. Apretó los dientes y el puño en el hombro de su novio, escuchando la risita de éste en su oído.

— Ah bueno - se carcajeo Zayn, haciendo que Louis lo mire. Harry no quería, sabía que lo pasaría - mirá como está.

— ¡Rojo lo tenés! - bromeó Taylor, dándole el maso de cartas a Gigi. Luke estaba dormido con la capucha puesta y los brazos cruzados, apoyado en la mesa.

— Basta - gruñó Louis - jueguen, no jodan.

Pero las risas siguieron, no crueles claramente, y eso ponía a Harry nervioso, pero más nervioso lo tenía la mano de Louis que vacilaba entre tocarlo o molestarlo, al igual que los besos en su cuello.

— Lou... - jadeó en su oreja, el mayor había apretado su dureza contra el muslo de Harry, haciéndole saber que tan excitado se encontraba.

— Escúchalos amor - le susurró, tocandolo en su entrepierna ahora sin limitarse. El rizado tenía miedo de que los vean, pero con Louis estaba acostumbrado a la exposición... le encantaba.

>> — Escuchalos, ellos te están viendo - continuó. - Te ven ponerte colorado por el calor que estás sintiendo. Te pueden ver transpirar y retorcerte sobre mi, como si estuvieras en mi cama, montandome tan bien como solo vos sabés hacerlo, bebé - le chupó el lóbulo y Harry soltó un jadeo bajito.

— ¡Son un asco! - gritó con falsa indignación Gigi, haciendo reír a sus amigos que seguían jugando a las cartas.

De alguna manera, el saber que los amigos de su novio podían verlo tan destruido y jadeante solo por un par de palabras y algunos toques en sus lugares sensibles, lo ponían tan caliente que quería correrse ahí mismo. Se sentía duro, húmedo, incómodo. Sabía que Louis lo sentía porque no dejaba de susurrarle:

— Tan mojadito para mi, amor. Tan duro y caliente.

Ni siquiera notó cuando tocó la campana y todos comenzaron a guardar sus cosas, estaba en una nube de confusión. Miró a los lados, observando como el profesor se despedía de todos y salía rápidamente del salón sin detenerse a esperarlos, como sus compañeros colgaban sus mochilas a sus hombros y como sus amigos hablaban entre ellos mientras salían.

Saludó con la mano a Niall, Ariana, Bella, Mike y Emma que salían en ese orden y en fila por la puerta del salón, para luego sonreírles torpemente y con ojos brillosos a los amigos de Louis que, a diferencia de los suyos, salieron de forma desordenada del aula y entre gritos.

Quiso levantarse del regazo de su novio para ir a guardar sus cuadernos y poder irse a su casa, pero una fuerte mano en la cintura se lo impidió, haciendo que vuelva a sentarse rápidamente sobre la erección de Louis y soltara un gemido agudo. Por suerte solo quedaban ellos dos en el salón.

— ¿No vas a irte así, verdad? - Louis lo levantó y lo puso sobre la mesa, ahora vacía, para luego acomodarse entre sus piernas.

— ¿Qué...? - gimió y vió a Louis sonreír de lado, con lujuria.

— Voy a comerte, amor - se lubrico los labios - y vos te vas a mantener lo más calladito posible.

No llegó a quejarse cuando dejó de sentir sus pantalones y ropa interior puestos en sus piernas, sino que estaban en sus tobillos, enrrollados ahí para que no molesten. Estiró el cuello para observar la puerta que, supuso, el último en salir la había cerrado. Suspiró por eso pero no se quedó más tranquilo.
Si alguien entraba, estarían jodidos.

— ¡Oh!

No pudo evitar gritar y taparse la boca después de sentir la lengua de Louis en su entrada, chupandolo de arriba para abajo, y de lado a lado, lamiendo la zona con hambre y ganas, como si fuera algo que todos los días hacía... porque, bueno, sí lo hacía diariamente.

— Shh - Louis soplo apenas para generarle frío y se rió por el espasmo - no te corras - advirtió al ver el presemen caer de la punta del pene de su novio.

Harry jadeó con frustración pero luego comenzó a moverse contra la cara de Louis, casi como si lo montara. La lengua del mayor se sentía mojada y cálida, tan delicioso. Entraba en su agujerito con mucha destreza y se movía en circulos, generando que su vientre se apretara y su garganta quemara.

Quería gritar cuanto le gustaba ser comido de esa manera, aunque trajera muchas consecuencias.

Movió la cabeza, que estaba apoyada en la dura mesa de madera, y la levantó para ver a su novio entre sus piernas, sosteniendo con ambas manos sus tobillos y manteniendo sus extremidades bien arriba, quietas. Se calentó tanto que su pene generó más presemen.

Deck of Cards || au larry one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora