"¿𝐂𝐚𝐬𝐭𝐢𝐠𝐨 𝐨 𝐏𝐫𝐞𝐦𝐢𝐨?" [𝐇𝐚𝐫𝐞𝐦]

𝟕: [𝐅𝐞𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐲 𝐬𝐮𝐟𝐫𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨]

Nunca he sido la mejor, y nunca llegare a serlo, no importa si me esfuerzo hasta morir, ella, siempre me superará.

Tatsumaki, mi hermana nació con unos poderes psíquicos muchísimo mejores que los míos, pudiendo hacer grandes cosas con ellos, cosas que yo difícilmente puedo hacer, algunas hasta son imposibles de lograr para mi. Sabiendo eso, no tuve otra opción, que permanecer bajo su sombra, miedo, temor, angustia, pánico, era lo que sentía cuando se enojaba, por eso, nunca le contradecía nada.

Desde pequeñas, siempre fui la menos sobresaliente, ella era la que me cuidaba, era sobreprotectora conmigo, pero no de una forma como lo hace una madre con su hijo pequeño, sino de una forma obsesiva, de querer tener el control total sobre mi. Creci siguiendo sus reglas, aprendiendo de sus hábitos, pero... me di cuenta de que esa no era la mujer que quería ser.

Por eso, cuando me enteré de la asociación de héroes entre de inmediato, aprovechando que mi hermana no sabía de su existencia. Quería ser la mejor en algo, aunque sea una vez. No obstante, aunque yo haya estado más tiempo, ella apenas entró impacto y sorprendío a todos con sus fantásticos poderes, no pasó mucho para que la suban de inmediato a los puestos más altos.

Fingía una sonrisa, para que ella piense que estoy bien y deje de entrometerse en mi vida, pero no lo estaba. La impotencia que sentía por saber que nunca podría superarla, no me dejaba vivir tranquila, todos los días, de noche y de día, todo el tiempo, me atormentaba ese pensamiento. El ver como todos la adoraban por su talento nato, y que ella no se esforzará en absoluto, me hacía sentir como si yo no valiera nada, me sentía una inútil comparada con ella.

Fue exactamente por eso, que cuando llegue a la cima de la clase b, decidí permanecer ahí y no ascender a la clase a. Con el fin de crear un grupo donde reclute a los más habilidosos de clase b, y juntos, sobresalir en lo que podamos.

Antes hubiera dicho que lo hacía con el fin de superar a mi hermana, pero ahora se que eso, es algo imposible.

Los fuertes, son los únicos que sobresalen, los débiles, no somos nada.

¿Qué pasa con nosotros entonces?, ¿que pasa con los que por más que lo intenten, saben que nunca conseguirán su meta?.

Así que, te lo volveré a preguntar... Saitama... ¿que hay de malo con asociarse...?

Saitama: Pues nada - Comiendo de su plato con ramen, vistiendo un elegante traje de color negro y con un reloj en su mano derecha - ¿me podrías pasar la sal por favor? - Pregunto con tranquilidad, viendo como Fubuki se ponía roja de ira - oye, ¿estas bien?

Fubuki: ¡Eres un...! - Tapándose la boca rápidamente, recordando que estaba en un lugar público, tosiendo disimuladamente mientras apretaba sus puños por debajo de la mesa - n-no importa... sigamos comiendo.