26. Yo lo recordaba, pero el a mi no

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𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐧𝐨 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 26

𝑌𝑜 𝑙𝑜 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑟𝑑𝑎𝑏𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑙 𝑎 𝑚𝑖 𝑛𝑜

[ᵉˡ ˡᵘᵍᵃʳ ᵠᵘᵉ ᵐᵃˢ ʳᵉᶜᵘᵉʳᵈᵒˢ ᵍᵘᵃʳᵈᵃ]











































TH: ¡Mira que grande es la fila! -exclamó sorprendido y con algo de pereza al saber que tendrían que esperar un buen tiempo para por fin entrar al evento -Por eso vinimos tan temprano entonces.

T/N: Hoy no mi amigo -dijo con confianza -Esta noche somos VIP -en un ágil movimiento le mostró las dos entradas como cartas de póker.

Pasaron a un lado de la gran fila y llamaron hasta la recepción donde le dieron las entradas a una chica mayor que ellos la cual asistía a la misma universidad.

De inmediato pudieron accesar al gran auditorio donde se daría la entrevista con el invitado especial. Poco a poco los asientos eran llenados por más estudiantes de esa universidad y también de otras universidades de la zona.

La chica se había ido apenas unos segundos después de que llegaron, le dijo al castaño que le apartará su asiento ya que iría a ayudar un poco a Namjoon como le habla pedido. Espero un rato y luego la chica regresó y le dijo que ya casi comenzaba al entrevista. Unos minutos más y dió inicio, la entrevista estuvo a cargo de Namjoon y Jungkook, después de una entrevista de treinta minutos siguieron los agradecimientos y por último una presentación de violonchelo dada por una chica de la universidad anfitriona con mucho talento.

Después de todo aquel evento, el cual fue un éxito, siguieron muchas fotos, T/N y Taehyung se fueron temprano por petición del castaño que no quería hablar con cierta persona que estaba ahí en ese momento.

En la noche Namjoon le envío un mensaje a la chica invitándola junto a sus demás compañeros de habitación a la fiesta de festejo que había organizado ya que todo había sido un éxito y tanto Taehyung como la chica habían ayudado al evento. Al principio ella dijo que no, ya que su amigo no se sentía muy bien con ir a ese tipo de festejos y a ella tampoco le apetecía salir del dormitorio, peor aceptó cuando Namjoon mencionó la comida gratis.

Le dijo a su amigo sobre el festejo y ese se negó por tercera vez, al final le dijo que tenía planeado ir de nuevo a su ciudad natal por unos días para visitar a su madre y también para visitar a su padre en su tumba como el cumplimiento número dieciséis de su fallecimiento.

Se fue desde muy temprano a tomar el tren que lo llevaría.

Mientras tanto en la noche Jungkook planeaba junto a Hoseok volver a tener la confianza de Tae en el festejo que Namjoon había organizado, estaba muy seguro de que el chico iba a asistir, pero luego vió sus compañeros de habitación llegar sin el y de inmediato les preguntó sobre su ubicación, al principio no le quisieron decir, pero después de tanto insistir Jin se hartó de el y soltó toda la información para que lo dejara comer en paz.

El chico castaño llegó por la tarde y tomó de sorpresa así madre quien le dió un fuerte abrazo ya que no lo había visto en un buen tiempo

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El chico castaño llegó por la tarde y tomó de sorpresa así madre quien le dió un fuerte abrazo ya que no lo había visto en un buen tiempo. Al siguiente día, por la mañana, su madre y el fueron a visitar a su padre a su tumba. Su madre soltó un par de lágrimas al igual que el, reemplazaron algunas flores marchitas de otoño por algunas que resistían mejor el frío invierno y volvieron.

En el camino pasaron frente a la antigua escuela de Taehyung, este se detuvo un momento mientras su madre seguía con su camino, después la alcanzó y le dijo que se adelantara para llegar a casa, el luego regresaría.

Y así se adentró después de mucho tiempo a aquella escuela.

Era justo la hora de receso cuando no hay nadie a dentro. Se condujo por los pasillos admirando cada detalle que parecía no haberse borrado de su memoria. Llegó a uno de los salones, el suyo, y miró por la ventana.

Taehyung

Este es el lugar que más recuerdos guarda de mi y de Jungkook mientras creíamos. Después de esa confesión, ya no hay secretos escondidos aquí.

Recuerdo perfectamente cuando tomaba clases en esta aula. Un día yo estaba copiando algo en el pizarrón que me dijo uno de los profesores mientras los demás platicaban animadamente, recuerdo haber escuchado el puerta ser tocada, ví había la pequeña ventana en la parte superior de está y ahí estaba Jeon Jungkook, mirándome. En ese momento no supe si, aunque yo era el único en su rango de vista, de verdad me hablaba a mi o si era a alguien más, miré había los lados esperando que alguien más fuera hacia el pero eso no pasó. Luego lo volví a mirar e hizo una seña con la mano para que fuera hacia el, dejé el libro del cual estaba transfiriendo el texto en el escritorio del profesor y me apresuré hacia donde se encontraba el. Cuando abrí la puerta solo dijo "Compañero, ¿Podrías decirle a Lisa que la estoy buscando? Por favor". En ese momento mis esperanzas volvieron a caer, solo asentí ligeramente y fuí a decirle a Lisa que Jungkook la buscaba, regresé a lo que estaba haciendo y el gis blanco, el cual era bastante resistente, se había partido en dos por la fuerza que aplicaba al escribir.

Al final me dí media vuelta y salí de ese lugar. De un momento a otro recordé que tenía que ir a recoger mi teléfono, había tenido un problema la noche anterior y le llevé a qué lo arreglaran. Revisé la hora en el reloj que mi madre me prestó y al parecer todavía no era hora para ir a recogerlo, pero tampoco quería ir a casa aún.

Automáticamente me dirigí hacia donde sea que mis pies me guiaran y terminé de nuevo aquí, en esta explanada, frente a esta iglesia nuevamente.

Un día defendí a un niño aquí, después de eso me agradeció y me dijo algo muy curioso antes de irse. Ese día me enamoré de aquel niño, no lo volví a ver después de eso, no hasta la secundaria cuando nos volvimos a encontrar, yo lo recordaba pero el a mí no.

Había bastantes personas, cerca había un vendedor de globos y varios niños a su alrededor esperando ansiosos a ser atendidos y tener un globo. Tres niños pasaron junto a mi corriendo mientras reían alegremente y esta alegría también se contagió a mi y me hizo reír, los seguí con la mirada y volteé en un giro de ciento ochenta grados, cuando miré hacia adelante fue igual que una ilusión.

Ahí estaba el, de nuevo en el mismo lugar pero quince años después, estaba parado a varios metros de mi y me estaba mirando fijamente.






















Ya falta poco para dejar de sufrir, lo juro.

Gracias por su apoyo.

Amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora