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— 𝐦𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐠𝐢𝐚 — ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ────
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Annie caminaba por el Ministerio con su maletín en la mano derecha, mientras se desabrochaba el abrigo con la otra. Muchos se giraron para mirarla; ya no se pasaba por ahí desde hacía un tiempo. A Annie no le había ido muy bien en lo que a relaciones amorosas se refiere, pero no era una chica que pasara desapercibida fácilmente.
No es que tuviera un físico perfecto; de hecho, ella estaba llena de inseguridades. Era ligeramente más alta que sus amigas, se le podía notar un poquito la barriga, y tenía unas cuantas estrías alrededor de esta tras dar a luz. Pero, aun así, había algo en ella que llamaba la atención de muchos. Tal vez era su hermoso rostro, tal vez su forma de ser, pero definitivamente había algo.
Al llegar al departamento de Aurores, saludó a los pocos amigos que tenía allí, Sarah y Phineas, quienes sonrieron y la saludaron con la cabeza. Entró en su cubículo, dejó su maletín encima de la mesa y empezó a ordenarlo, ya que solo se veían papeles tirados por todos lados.
Estaba sumergida en sus pensamientos cuando alguien llamó a la entrada, y al voltear pudo ver a su metamorfomaga favorita.
—¡Nini! ¡Por fin has venido! —exclamó su mejor amiga Tonks, entusiasmada, para luego entrar y darle un fuerte abrazo—. ¡Qué bien que has vuelto! —dijo mientras se sentaba en la única silla que había allí—. ¿Sabes lo aburridos que son todos en esta oficina?... ¡Oh! ¿Sabías que a Leonardo le gusta Phineas? ¡Ya me extrañaba a mí que me cayera mejor que todos los demás!
Annie la miró sonriente. Tonks siempre se ha llevado mejor con las personas homosexuales que con todos los demás, era como una especie de don.
—Phineas se lleva un partidazo —continuó Tonks—. Guapo, inteligente, carismático, y encima es uno de los mejores aurores en lo que se refiere seguir el rastro a los demás.
