—Auh— se quejo el pequeño moreno, se llevo la mano a la boca tratando de detener el sangrado, alzo sus cejas curioso, mordió su propia mano con más fuerza sin importar que doliera más, no podía detenerse su sangre sabia muy bien...—KAZUTO BASTA— vio a su padre entrando en la armería, lo vio preocupado, por lo que separo su mano, hasta ese momento se dio cuenta que tenia colmillos y cola.
—Perdona padre— miro hacia abajo.
El monarca busco un trapo y se lo dio a su hijo— Es normal, le paso lo mismo a tu hermano...— suspiro— Los dragones tienen una magia extensiva, si ellos se ven fuertes lo serán... y una forma de volverse fuerte es absorbiendo sangre...— su padre guardo silencio, cubrió su cara por alguna extraña razón, después se aclaro la garganta— Por lo tanto no puedes absorber tu propio poder...— guió a su hijo hacia la salida de la armería— Vas a empezar tus lecciones de magia...—
Los ojos grises se iluminaron, su pequeña cola de reptil se movió de un lado al otro.
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Toco a la puerta con timidez— Adelante señorita— puso los ojos en blanco, como odiaba que fuera un sabelotodo y supiera de inmediato qué era ella.
Lo encontró postrado en uno de los sillones individuales cercano a la ventana, mientras leía un libro que no supo identificar, levanto la cabeza y respondió aun leyendo el libro—¿Qué paso señorita?—
Agacho su torso— Buen día majestad...— se quedo ahí unos segundos viendo su reflejo en el piso de mármol. Suspiro bastante y se coloco enfrente del rey— Esto es para usted—de su bolsillo saco una carta.
Al instante el moreno dejo el libro en una mesa y puso toda su atención en el papel—Esta es... uff... bueno ya lo sabe...—
Le sonrió a la rubia— Leafa no tienes por que pedirme disculpas ni nada—
—¿¿Ehh??— levanto la cabeza—N-no nada de eso...—puso la carta enfrente de su cara—Me la dio Asuna...—
El dragón abrió bastante sus ojos, había pasado casi una semana y durante ese tiempo ya se había echo la idea de nunca volver a verla, ya había perdido la esperanza.
—Yo también pensé que no te daría nada... pero bueno... tómela antes de que me arrepiente—
Con algo de duda tomo la carta en sus manos, volteo a ver a la aprendiz que le asintió con la cabeza.
—Me retiro—lo reverencio y se salió de la habitación.
Se sentó en la esquina de su cama, vio con detenimiento la carta, en el frente estaba un sello de varios cristales, lo identifico cuando la misma Philia le dio una carta de disculpa, junto con un descuento de su tienda.
Despejo el sello de la familia de Philia y extrajo la hoja de papel que había en su interior. Sus manos le temblaban, desdoblo la carta.
Mi señor:
¿Cómo se encuentra? ¿Ya esta mejor?
Perdone mis preguntas... es difícil empezar una carta, esta es la octava...
Usted nunca me falto el respeto, es verdad que cuando hirió a mis amigas me genero...
Miedo no es se lo aseguro... tampoco desconfianza... respeto eso es...
Pero Philia me lo explico todo, sé que no fue su culpa... no se sienta culpable por lo que hizo, no sienta que me debe algo por que no es así.
Eso es lo que creía en un principio que se sentía culpable por esta niña... me di cuenta que no es así...
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Je Vous Ai
FanfictionEn un mundo regido por la magia de los elementos, cualquiera podia considerarse especial, cada persona tenia un deber sagrado el cual estaba tatuado en su piel, entonces ¿por qué esa pequeña niña huérfana tenia tantos deberes a lo largo de su brazo...