El miedo siempre la inundaba, estaba harta de tener que ocultarse tras las faldas de su hermana, el dolor seguía latente, no podía superar cómo su hermana fue arrastrada y ella no hiciera nada, que no se moviera de su lugar, eran tan frustraste.Inclino su cuerpo hacia el suelo, junto sus manos, sintió cómo la tierra temblaba un poco y entre raíces aparecía algo afilado, parecía de hierro pero no estaba del todo segura, tomo lo que parecía una gran espina de hierro entre sus manos.
—Acompáñame en mis batallas, protégeme— su cabello castaño estaba más oscuro y eso era culpa de la lluvia que ahora le estaba empapando.
Casi dos años habían pasado desde la desaparición de su hermana, ahora se iba a esforzar de verdad, ya nadie le haría daño a las personas que ama, ahora iba a ser la más fuerte, se convertiría en la más fuerte y eso incluía él usar sus poderes.
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Hacia mucho que no volaba tales distancias, su espada le dolió un poco, pero no sentía nada, el hueco en su corazón era más fuerte que eso.
Aterrizo en el pueblo al oeste más cercano a al Empire, le dolió la cabeza cuando vio los callejones del pequeño pueblo, coloco una mano en su cien, en sincronía con sus rodillas chocando con el suelo de piedra.
Estaba perdiendo el aire de sus pulmones, le costaba el retener ese recurso vital, coloco ahora ambas manos en el suelo de piedra como una medida de estabilizarse.
Como si una ventana estuviera empañada, esta niebla empezó a disiparse, el bloqueador se estaba rompiendo, sintió como el cristal se rompía.
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Era un decreto del rey, tenia tantas ganas de no ir a ese olvidado pueblo, le parecía más importante el entrenar sus habilidades de espada.
Pero como había dicho su padre: "Si ahora no puedes arreglar lo que pasa en un pequeño pueblo, no podrás resolver nada cuando gobiernes"
—¿Y si te sedo mi poder?— le pregunto a su hermano menor, mientras llegaban al pueblo.
—HAHAHA, si padre te escuchara me mataría por tratar de interferir en tu gran destino—
Desde que era pequeño se había considerado un alma libre, cada que podía se escapaba de las infinitas lecciones que el primogénito tenia, le gustaba más molestar a la guardia real y más que nada amaba entrenar el arte de la espada.
—¿Y si no puedo gobernar?, tu serias mejor rey que yo—
Detuvo un poco su caballo—Hermano, conoces cada rincón del Territory, te sabes todos los nombres de los lords, no hay nadie más preparado que tu— tiro de las riendas de su caballo, avanzado.
—Solo lo sé por culpa de las tantas reuniones que padre me obligaba a ver—dejaron los caballos en una valla y se bajaron, caminando adentrándose al pueblo.
—Yo no podría gobernar, es algo extenuante—se habían cubierto las cabezas, su objetivo no era ser alabados por los habitantes, tenían que infiltrarse a los guardias, podía decirse que más importantes del Territory, los que custodian la salida y la entrada hacia su reino, desde hace tiempo su padre había tenido un mal presentimiento en ellos, presentimiento que tomo frutos cuando aparecieron múltiples asesinatos de varios guardias, por eso no solo mando a su hijo heredero, también a su hermano para solucionarlo.
Entraron a una cantina de mala muerte, ya que los guardias pasaban todo el tiempo ahí, en efecto los vieron acoplados en las mesas más cercanas a la barra, algunos estaban simplemente bebiendo sin parar mientras jugaban a las cartas y otros...
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Je Vous Ai
FanfictionEn un mundo regido por la magia de los elementos, cualquiera podia considerarse especial, cada persona tenia un deber sagrado el cual estaba tatuado en su piel, entonces ¿por qué esa pequeña niña huérfana tenia tantos deberes a lo largo de su brazo...