PROVOKED ||Traducción|| ||Larry Stylinson||

Capítulo 1

-Louis!. Una voz familiar llegó a los oídos de Louis mientras subía los escalones de la casa de la manada. Hizo una pausa para atrapar a Niall antes de que el otro Omega se estrellara con él.

-¿Qué ocurre?. Louis había logrado no tropezar cuando su amigo más antiguo chocó con él, la excepcionalmente elegante sonrisa en sus labios; Él era el compañero del Alfa de la manada y nunca hubo una excusa para expresar sus verdaderos sentimientos fuera de su privacidad.

Niall no se tomó un momento para recuperar el aliento o corregir su estado de despeinado. Claramente venía del bosque a juzgar por su manera apresurada de vestir. -¿Has oído?.

Louis no pudo evitar suspirar. Asintió secamente y le indicó a Niall que lo siguiera a la casa de la manada donde estarían lejos de oídos indiscretos. La casa de reunión común de la manada era la más notable de todas las cabañas, y el hogar de la pareja Alfa emparejada. Simbolizaba su compromiso con la manada como un todo, su atención estaba siempre a merced de cualquier hermano o hermana con un problema. La puerta se cerró sonoramente detrás de ellos mientras Louis observaba que nadie más estuviera dentro del rango de audición.

-He oído. Louis se hundió contra la puerta, derrotado. Este dilema se le había comunicado varias veces en la última semana, desde que el Consejo anunció que la edad de apareamiento legal sería rebajado a un límite escandaloso de dieciséis años. -Todos quieren que haga lo mismo.

-Cuéntame como uno de ellos. Niall miró a su acompañante con seriedad, sus ardientes ojos de zafiro se estrecharon en Louis. -Habla con él, Lou. Tienes que. 

El Alfa de Louis no solo era un dominador, era un dominante condescendiente sin inclinación hacía los gestos agradables. Era un miembro diligente del Consejo presidiendo este obsceno proyecto. Harry Styles, Alfa de uno de los linajes más antiguos creado completamente de la raza dominante y uno con un temperamento que infundió miedo en todos no era alguien a quien Louis eligiera para conversar con frecuencia.

Se aparearon por necesidad cuando Louis apenas había salido de sus años de cachorro a los diecisiete años y Harry necesitaba a alguien que cuidara de su manada mientras él se enfrentaba a instancias políticas difíciles. Casi nunca permanecieron en compañía del otro fuera de las horas que compartieron dormidos o cuando un problema dentro de la manada se volvía demasiado apremiante para el control de Louis. Harry escucharía con la mirada en blanco mientras su Omega le informaba de cualquier obstáculo antes de salir a manejarlo él mismo con saña.

Harry era uno a quien siempre se le tuvo en cuenta porque él era la definición de pesadilla para cualquier Alfa inferior. Este mundo lo había endurecido como lo hizo con innumerables y ninguno podía ser traído de tan truculento estado mental. Uno aprende a lidiar en la sangre y la tragedia antes que en la tranquilidad.

-Hablaré con él. Louis se estremeció al pensarlo. No tenía idea de si Harry tuvo algo que ver con el aprobación de esta ley y si el Alfa le prestaría atención o no.

-Bajar la edad en la que uno puede aparearse sólo terminará mal. Niall reiteró sin rodeos. -Hay muchas manadas aun con apareamientos forzados y arreglados como tradición.

-Lo sé. Louis casi no reprimió la agudeza de sus palabras; él había sido regalado sin vacilación por parte de sus padres, en lugar de un apareamiento forzado. -Haré mi mejor esfuerzo, Ni. Lo prometo.

Por supuesto, Louis no descansaría hasta que esta escandalosa decisión fuera reconsiderada. Puede que él estuviese aterrorizado por el tono de ladrido de su Alfa y su actitud letal, pero había mucho más en esto que su miedo. Envió a su amigo con un abrazo y reafirmó la promesa antes de volverse hacia la escalera que conducía al segundo piso, donde se encontraba su dormitorio y el estudio de Harry. Varias respiraciones superficiales rozaron los músculos crispados de sus pulmones antes de que Louis llegara a la cima de los veintitrés escalones y se atreviera a echar un vistazo a la puerta del estudio de Alfa que había estado bien cerrada durante dos días: una señal de que demandaba no visitas. Louis mantuvo el aire en su torso cuando golpeó sus nudillos contra la sólida barrera de roble, haciendo una mueca ante el eco inmediato de un gruñido frustrado que le respondió.