Extra III

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Regalos

— ¡Estoy en casa! — anunció el pecoso peliverde adentrándose a su hogar después de ducharse — Kacchan, ¿dónde- ¡Woa!

Su pregunta quedó inconclusa al ser recibido por su omega, quien salió de la cocina y lo amenazó con el cucharón de metal que previamente estaba usando para menear la sopa.

— Se supone que te bañaste, pero aún se siente el olor de Cara redonda. ¡¿Qué fue lo que hizo que aún tienes su olor después de bañarte?! — gruñó molesto.

— ¿Eh? ¡Oh! No, el olor no viene de mí, seguramente es de los regalos que me dio.

— ¡¿Y por qué mierda ella te dio regalos impregnados con sus estúpidas feromonas?! — cuestionó esta vez, notando que el peliverde traía en manos una pequeña caja envuelta en papel color blanco con un moño verde y una bolsa de regalo con estampado de hojas secas.

— ¡Son para ustedes! — se apresuró a aclarar al notar que su pareja se enojó más — No creo que haya dejado su aroma en los regalos a propósito.

— ¡¿Ha?! ¡¿Ustedes quiénes?!

— ¿Tú y Katsumi?

— ¡Tiralos!

— ¡¿Eh?!

— Esa mujer me odia, si nos mandó cosas seguramente les puso algo para- Espera, ¿cómo mierda Cara redonda sabe que Katsumi existe?

— Kacchan, cálmate. Déjame explicarte.

— ¡Ahora entiendo! ¡Marcó sus estúpidos regalos con su olor para confundir a mi cachorro y hacerle creer que ella es parte de la familia! ¡Sólo quiere joderme la existencia! ¡Saca eso de la casa!

— No creo que ella tuviera esa intención.

— ¡Deku! Si no sacas esas cosas-

— ¡Los sacaré! Sólo quería que fueras tú quien los abriera para que fueras el primero en ver los regalos, es el primer regalo que le dan a Katsumi, pero si te molesta puedo quitarles la envoltura y dejar sólo el contenido.

— ¡No quiero nada de alguien que se ha esforzado en convencerte de que me dejes!

— ¡Pero ella se disculpó! Escucha. Estábamos hablando de la fiesta que Tōru y Mashirao hicieron para festejar el cumpleaños de su segundo hijo, y entonces de alguna manera ella me cambió el tema y me dijo que quería disculparse por su insistencia de los últimos años. Me dijo que se dio cuenta que estaba mal querer interferir en mi relación, y dijo que quería intentar llevarse bien con mi omega. Después dijo que sabía que teníamos un bebé, y que quería darme regalos para ti y para nuestro cachorro a modo de disculpa. Obviamente pregunté cómo sabe sobre el bebé, y dijo que simplemente lo asumió porque Iida le dijo que una vez me vio comprando cosas de bebé. Prometió guardar el secreto y volvió a pedir disculpas por ser tan desconsiderada. ¡Me aseguró que no volvería a hacer comentarios de ese tipo!

— ¿Y le creíste, la perdonaste y aceptaste sus regalos de mierda?

— Es mi amiga, Kacchan. Quiero creer en sus palabras, no quiero que estemos peleados.

— Agh, bien — soltó un suspiro en señal de resignación y regresó a la cocina — Pon esas cosas sobre la mesa — indicó mientras dejaba el cucharón sobre la encimera junto a la estufa.

Le bajó la mecha a las hornillas que estaban prendidas, y después se acercó a la mesa del comedor, en donde su esposo le esperaba expectante.

— Veamos que mandó.

¿Dónde está Bakugō Katsuki? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora