No sabes por dónde empezar a explicar cuando el Hokage te llama a su oficina. Tsunade es una persona inteligente y precavida, la has admirado un poco por años pero también la consideras agria y arrogante. Lejana al tipo de personas con las que te relacionarías pero lo bastante experimentada para respetar su palabra.
Ella solo hace un ademán suave con su mano cuando explicas lo que pasó y por su expresión no puedes decir mucho. Es falsa, quieres susurrar, pero sabes que eso te costaría la vida y de alguna manera todavía aprecias tu vida.
— No hay modo de saber si lo que dices es verdad.
Un grupo de palabras brota en tu interior. Sabes que lo que dices es cierto. Quieres llamar a un Yamanaka pero nunca fuiste la alumna favorita de Inoichi y de todos modos no es como si Tsunade no hubiera pensado en eso desde el principio.
— El bloqueo en tu red de chakra podría ser intencional — no puedes evitar girar los ojos ante la acusación. Sabes que podría añadirle tiempo en su oficina como sospechosa pero eso es mejor que oírla decirte traidora.
— No lo hice, el pergamino simplemente... cambió — incluso para ti, la historia es ridícula.
Los pergaminos no cambian solos, lo sabes. Y es una maldita condena que te hayan emboscado cuando te quedaste atrás y un golpe increíblemente leve te haya roto la red de chakra y distorsionado tu mente.
Aun así, no retrocedes. Es la verdad. No hay modo de que Tsunade pueda creer que colaboras con la Aldea de la lluvia y ella misma sabe lo poco que has salido en el último año, o en toda tu vida.
Pero Tsunade antes que todo es la Hokage y mueve un poco el reporte entre sus dedos largos y finos antes de detener su mirada dura en ti.
— No tengo razones para sospechar de ti además de esto, así que no irás a prisión.
Suspiras inevitablemente, sintiendo un poco de paz antes de que Tsunade siga adelante.
— Sin embargo, esto es suficiente para mantenerte bajo vigilancia.
Tus puños se aprietan a los lados. La rabia es instantánea, odias lo tonta que está siendo Tsunade y lo injusto que es. Ni siquiera habías tenido misiones importante en... ¡años! Y la primera cosa importante que te dan queda completamente arruinado por una mierda de mala comunicación y compañeros genin incompetentes.
— ¡No soy una traidora! ¡Jamás vendería a Konoha!
Y es tan cierto que quieres ponerte a llorar. No lo haces solo porque eres demasiado orgullosa y no vas a doblegarte ante nadie, especialmente ante Tsunade, que siempre ha sido una mujer emocionante fuerte. Todavía sueñas con ser más fuerte que ella y eso hace que te tragues el puñado de dolor.
— Tranquila, si eres inocente, nos daremos cuenta y todo estará bien, el jutsu en tu control de chakra pasará en un par de días, hasta entonces, estarás bajo vigilancia continua.
Aguardar por la ayuda de los Yamanaka es lo indicado y lo sabes, pero suena como una molestia tener que ser perseguida por algún imbécil que estará vigilando todo el tiempo cada paso que des. Sin misiones, sin prestigio, sin dinero. Esta mierda de ser shinobi se estaba convirtiendo en un completo asco, mucho más de lo que sabes que en realidad siempre ha sido.
— Como usted ordene, Hokage — dices entre dientes, tu mandíbula cruje un poco y suspiras para contener las ganas de gritar.
Todo el entrenamiento ninja sonaba como porquería ahora. Quieres vomitar sobre los libros de texto de la academia pero te controlas a tiempo para hacer una suave reverencia.
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Y, pero, sin embargo (Might Guy x Reader)
RomanceUna misión termina metiéndote en problemas y las consecuencias están a punto de cambiar toda tu vida. Might Guy x Reader -- Romance/Enamorándose/Reader femenino