Prologo

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2034

Palacio del muro blanco

En una cama gigantesca descansaba un hombre a mediados de los 30 años, ojos negros, cabello negro y un rostro completamente ordinario.

Los rayos del sol anunciaron la mañana y el hombre se quito las frazadas con un movimiento peresozo y camino hacia la ventana sin ánimo alguno.

Al llegar a la ventana observo la razón de establecer su hogar en este inhóspito lugar, el Salar de Ayuni se podía observar majestuoso desde su balcón, el espejo mas grande del mundo lo despertaba cada día.

Al llegar a la ventana observo la razón de establecer su hogar en este inhóspito lugar, el Salar de Ayuni se podía observar majestuoso desde su balcón, el espejo mas grande del mundo lo despertaba cada día

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El hombre respiro el aire puro de la región por unos segundos mientras se maravillaba con la vista y regreso a su habitación.

Otro día de trabajo comienza. Pensó mientras se estiraba.

El hombre alzó su mano y un conjunto de ropa negra salió disparado de su armario, gabardina, pantalones, camisa, botas y guantes negros se amoldaron a su cuerpo en cuestión de segundos, cubriendo su cuerpo totalmente salvo la cabeza, cualquiera pensaría que era una moda antigua o edgy, pero esta ropa estaba hecha específicamente para el, era la única que podía usar para trabajar, un conjunto entero de ropa de grafeno textil para soportar su velocidad.

Comencemos.

Perdiendo por completo su actitud ociosa y remplazándola por la dignidad y porte de un gobernante, salió disparado de su palacio de piedra blanca, se elevo al cielo y empezó a viajar hacia África subsahariana a una velocidad asombrosa.

Este hombre era Gabriel Swan, el gobernante del mundo.

Su poder fue nombrado por el mismo como 《extensión de conciencia》 , un conjunto de habilidades, entre ellas mover objetos o a si mismo con solo pensarlo.

En pocos minutos Gabriel llegó a su destino, descendió a la oficina de administración pública africana N° 672 y encaró a su jefe.

-N'gel.

Su voz resonó como un trueno en la habitación y asustó a su propietario.

-Señor- pronuncio el asustado hombre- he presentado todos mis informes ... no, no debería faltar nada...

-Pero falta algo- Pronunció mirándolo con severidad -Las entregas de fertilizantes para las nuevas granjas de tu territorio aún no llegaron.

-Señor, eso no fue mi error, el administrador marroquí no envío a tiempo los encargos.

-Y lo llamaste para que lo hagan.

-Por supuesto que no, es su culpa como siempre, ellos nunca hacen nada bien.

-Y esa es razón suficiente para perder el tiempo.

-Señor los marroquís no son de fiar, seguro tramaban algo sobr...

El conquistador de la tierra en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora