Los días pasaban y Sawamura seguía dando lo mejor de él, como respuesta a lo que sucedía a su alrededor.
Sawamura sabía que había muchas cosas que aun no comprendía, pero en ese instante era muy claro como el agua que Furuya no estaba bien. No sabía que le estaba pasando exactamente, pero si en algo podía hacer era apoyarse como solo ellos dos sabían hacerlo.
Era una extraña forma de apoyarse que pocos en el equipo la conocían, a simple vista parecía que se molestaban el uno al otro, pero ellos sabían que era una forma de mostrar su amistad que tenían el uno por el otro; no era una amistad normal, si no una que ellos dos inconscientemente habían construido como respuesta a su rivalidad.
Furuya sabía perfectamente lo que Sawamura hacía, y lo agradecía, el equipo no tenia porque sufrir las consecuencias por su actitud, además de que era la forma en que él lo apoyaba, y eso le alegraba mucho.
No puedo dejar que me sigan viendo de esta forma, tengo que seguir avanzando como Sawamura no lo ha deja de hacer.
Tal vez sus intenciones de Furuya fueron las más apropiadas, pero el destino le estaba dando una mala jugada - Una lesión era lo que menos quería, pero ahí estaba frente a Sawamura sin nada que decir.
Es en serio, se decía para sí mismo Sawamura. Aunque era su rival no podía evitar preocuparse por él o por alguno otro de sus compañeros, él sabía perfectamente lo que se sentía cuando te encontrabas de alguna u otra forma lesionado, aunque él no se había lesionado, pero lo que había pasado con el yips lo había marcado.
-No dejaré de avanzar, eso es lo que había llegado a salir de los labios de Sawamura hacia Furuya.
Furuya no podía decir nada, pero sabía que era la forma de decirle que se recuperara pronto.
Miyuki esa noche no podía dejar de pensar en la situación que podría embargar a Seido, más sobre como Sawamura tomaría todo eso, no sabia exactamente cual era la relación de Furuya y Sawamura, más bien no la comprendía a veces sentía que se odiaban, otra veces parecían muy buenos compañeros y en algunas ocasiones sentía que realmente eran amigos.
-Bueno con que Furuya se recupere para el torneo de verano y Sawamura siga como hasta ahora encargándose de los partidos con Kawakami no creo que tengamos problemas, decía un Miyuki recostado sobre la cama.
Furuya esa noche no podía dormir se sentía culpable por su lesión. Era cierto que se había lesionado por estar entrenando, pero el sabía perfectamente que eso era consecuencia por su arrogancia, egoísmo y por ser un tonto; por solo pensar en el.
-Ahora tendré que enfrentar mis propias acciones, no tengo excusas, se decía así mismo mirando fijamente la pared.
-Ahora se por lo que debió haber sentido Sawamura.
Yo sé que me podré recuperar con tratamiento pero él, esa incertidumbre de caer en una abismo dónde no es nada claro debió ser frustrante.
Ahora sé que él realmente es muy fuerte y no puede dejar que se aleje de mí. Al fin y al cabo llegó un momento en dónde lo había dejado muy atrás pero como siempre cada vez que se cae o tropieza el se recupera más fuerte, y no hay duda me lo ha estado demostrando.
Ahora es momento de que yo lo alcance, se decía para si mismo, tratando de contener su frustración y de no despertar a sus compañeros.
Al día siguiente, Furuya no había esperado que Sawamura lo buscará.
Ya era algo tarde, todos ya se comenzaban a retirar del entrenamiento para descansar. Y fue en ese entonces en el segundo campo donde ambos se encontraron.
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El silencio del corazón
RomansaMiyuki comienza a notar que Sawamura ya no es el mismo con él, ya no siente que sea el centro de atención de Sawamura, siente que el pasado ha regresado cuando Sawamura siempre estaba con Chris, y ahora lo dejaba por alguien nuevo, que para él sería...