Capítulo 1

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"Echaba un vistazo atrás y recordaba aquel día como uno de lo más importantes de su vida, pese a ser de los más extraños. 

Supuestamente aquel viaje era tranquilo. Supuestamente simplemente visita a su familia. Supuestamente iría de reunión. Supuestamente después iría a la quedada y después volvería a Madrid. Aquello ocurrió, pero un tanto cambiado. No fue nada tranquilo, no solo visitó a su familia, sino que conoció a la última miembro de la misma, no solo fue a la quedada, sino que allí una parte de su pasado reapareció. Un pasado pasajero, que si no hubiera sido por el refresco de memoría, nunca hubiera recordado."

Por la mañana temprano cogió el AVE que lo llevaría a pasar dos días y una noche en su ciudad natal. Estaba tranquilo, aunque algo le decía que no todo serían pétalos de rosas. Con el portátil en la mesa del tren, el móvil en el bolsillo y los auriculares ayudándole a escuchar Aladdín, dejó que el viaje siguiera su curso.

Dos horas y media después, el tren hacía parada en Barcelona — Sants, su destino. Un sentimiento reconfortante recorrió cada fibra nerviosa de su cuerpo, y una sonrisa prácticamente invisible se tornó en sus labios.

Ya en la parte de fuera, su padre le esperaba. Rush aligeró el paso hasta llegar a él, abrazándole después. Iba a necesitar su apoyo en ese fin de semana, pero aún no era consciente de ello.

— ¿Cómo ha ido el viaje?
— Como siempre, papa, como siempre.
— ¿Has llamado ya a tu chica para decirle que has llegado bien?

El joven youtuber rió, a la vez que sus mejillas se teñían de rojo. En los seis meses que llevaba con ella no se había acostumbrado a esos comentarios de sus padres cuando no viajaban juntos a Cataluña.

Tras montarse en el coche y poner rumbo a casa, Rush revisaba el planing para aquellos dos días. Lo tenía todo calculado, cada minuto estaba donde tenía que estar y cualquier cambio inesperado lo podía poner todo patas arriba. Quería que todo fuera perfecto, y es que, desde hacía poco, se había vuelvo un maníaco y perfeccionista en todo lo que tenía que ver con su trabajo. 

Al llegar a casa se dio una ducha y seguidamente sacó algo de ropa de la maleta para que no se arrugase. Preparó la ropa que se iba a poner aquella tarde y se tiró en la cama para poder llamar a Chus con toda tranquilidad. Nada más escuchar la voz de la pelirroja, una sonrisa de oreja a oreja se pintó en el rostro del catalán. Desde que habían empezado a salir, la vida tenía los colores más vivos y los sonidos más armoniosos. El amor cambiaba a la gente, decían. 

— ¿Has sacado la ropa de la maleta? Ya sabes que se arruga mucho con los viajes. 

— Tranquila. Las camisas están en perchas y los pantalones en la silla. 

— Así me gusta, que no le des trabajo a tu madre... planchar esas camisas es un horror. En que momento te las compraría...

Tras pasar un rato hablando de cosas cotidianas, Chus le informó que se tenía que ir para el trabajo, pues su descanso había terminado. Le deseó suerte a su novio en la reunión que podría cambiarle la vida y colgó.

Un tiempo después de haber repasado punto por punto el planning de la tarde, bajó a la cocina con sus padres y su hermano, que acababa de llegar. Le saludó como siempre con un abrazo, y los cuatro se sentaron en la mesa para charlar. Mientras, se calentaba la comida.

— Y qué, ¿nervioso por esta tarde?
— No, es típico. Una reunión, hablar cuatro cosas y a marchar con el proyecto.
— ¿Y por qué no te has traído a Chus? —inquirió su hermano— Es viernes, y podéis pasar el fin de semana. 
— Tenía trabajo y planes con su familia.
— Vaya, fin de semana sin sexo. Lo siento por ti, tete.

Rush tiró una servilleta hecha bola a su hermano debido al comentario, y los cuatro estallaron en risas. El buen rollo era algo destacable de aquella familia, y estar con ellos era como una terapia de relajación antes de cualquier evento.

— ¿Te acerco luego a Barcelona o has quedado con alguien?
— Acércame, vale.

Tras que su padre lo dejase en la entrada de las oficinas donde se iba a celebrar la reunión, publico en twitter que se sentía nervioso. Estaba a apenas unos metros de hablar con las personas que le ayudarían a cumplir uno de sus sueños. 

Todo fue sobre ruedas. Hubo muy buen ambiente y todo fluyó con normalidad. No hubo momentos incómodos ni de tensión. 

Después de salir de la susodicha reunión, Rush se cambió la camiseta por otra que llevaba en una mochila (que antes de entrar a la reunión había dejado en la recepción a cuidado de Marga, una chica la mar de maja) antes de ir para la quedada. 

Al llegar una acumulación de gente le esperaba tanto a él como a otros youtubers que estaban pasando el fin de semana en Barcelona para poder hacer la quedada. Había todo tipo de persona: chicos de unos once años, otros aparentaban unos quince o dieciséis, otros ya eran más mayorcitos, pues aparentaban unos veinte... incluso se atrevería a decir que incluso había adultos de unos treinta años por ahí. 

Se fue haciendo fotos con la gente, firmando camisetas, fotos, pancartas, recibiendo regalos, charlando con aquellos que tenían un tema de conversación... No pudo quejarse.

Sus demás compañeros subían fotos a Twitter, selfies con los asistentes, o regalos dulces tales que tartas, napolitanas...

Hasta que ya, cuando poca gente quedaba, una mujer se acercó a él con una niña que no debía de tener más de ocho años. La pequeña le miraba con admiración, sonriendo tímida.

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Continuará. 

Espero que les haya gustado y que no se olviden de dejar sus comentarios.

Papá por sorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora