Parte 11: Declaración de guerra entre lo racional y el deseo animal.

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Cuando alguien te atrae tanto que ya no lo puedes clasificar de racional, así era el  sentir de Elle por Joel; básicamente incontrolable, a veces tanto que no puede pensar y el instinto te domina. El refrenar  los impulsos hacen que incluso sea difícil callar su boca, una declaración de guerra entre lo racional y el deseo animal.

 El refrenar  los impulsos hacen que incluso sea difícil callar su boca, una declaración de guerra entre lo racional y el deseo animal

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La abrazó sintiendo su cuerpo pegado al suyo, su firmeza, su aroma,  incluso su respiración casi lo hacen perder el control. 

La miró con esa mirada que no se puede definir, el conflicto asomaba en sus ojos; ambos  sabían que era una relación complicada pero se deseaba con tal ansiedad que en sus mentes no cabía ninguna otra cosa ni medía ninguna consecuencia.

La jaló hacia él, la abrazó tomándola de su cadera baja y besándola apasionadamente

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La jaló hacia él, la abrazó tomándola de su cadera baja y besándola apasionadamente. 

Ella lo ayudó a quitarse su chaqueta pegándose aún  mas a él,  mientras le sacaba por sobre su cabeza su camiseta negra. 

La atrajo nuevamente hacia él. Poco a poco bajó  su boca hacia el cuello. Besó y saboreó con la lengua la piel sobre sus senos y continuó bordeando y saboreando. Ese sabor a perfume lo  invadía animándolo a quitarle su sostén. 

Dos hermosos senos duros, de forma redonda, con un delicado pezón rosa quedaron ante sus ojos; pero antes que perderse en su contemplación se lanzó a comérselos, saboreándolos  a no dejar un milímetro sin probar , disfrutando los quejidos bajitos de Elle. Las manos de ella solo reposaban en los hombros  de Joel, pero las manos de él no descansaban de acariciarla y de ayudarlo a disfrutar esos senos.

Elle tomó su cinturón lo desabrochó; desabotonando y abriendo el cierre. Sin delicadeza alguna metió los dedos por el borde de su bóxer  arrastrando toda su ropa hasta mas abajo. 

La atrajo hacia él  tumbándola sobre el sofá..

Las bocas se buscaron , los dedos de Joel buscaron sus labios íntimos, uno de ellos rozaba su clítoris. Elle le mordía suavemente el labio  mientras sus caderas se alzaban. 

Estaba totalmente lubricada y solo tuvo que apoyar el glande en sus labios y hundirse totalmente en ella

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Estaba totalmente lubricada y solo tuvo que apoyar el glande en sus labios y hundirse totalmente en ella.  La sensación le recorrió toda la espalda. El cuerpo comenzó el movimiento ancestral cargando su peso, pues ansiaba invadirla y hacerla totalmente suya.

Las mano de Elle no lo alcanzaban a tocar bien, solo se aferraban a sus brazos ,  dobló sus piernas acercándolas a su pecho para poder moverse mas.

No fueron estocadas rápidas, como en el baño, fueron lentas pero con toda la fuerza; quería ver su cara de placer, quería oír sus quejidos,  escuchar el sonido de los cuerpos chocando,  sentir su humedad , quería sobre todo , poseerla.  

El orgasmo se presento pero no le dio descanso, no le importo que le costara respirar; ni sus suspiros, que solo lo hacían sentir mejor. Ansiaba su propio placer. Cuando se presento se precipitó a toda velocidad buscando tocar fondo y cuando acabó en el preservativo simplemente se sintió desmayar. 

Sentía el cuerpo relajado, sentía  el corazón desbocado pero su pene y  hambre por ella no tenían todavía descanso.

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Se terminó de desnudar y la terminó de desnudar a ella. 

De pie ante el sofá la observó desnuda, tierna, con esa figura tan femenina, con esos bellos senos coronados por esos pezones rosa pálido y duros como piedra, con la piel sudada, con sus ojos cerrados y una expresión como ausente, con sus brazos caídos a cada lado con las manos sueltas; sus piernas un poco separadas, sus glúteos bien dibujados desde su cadera, ese vientre redondeado, su pecho y su estomago respirando visiblemente...

Elle: Soy tu maldito problema, Joel Kinnaman?

Joel suspiró.

Joel: Cómo escapar de ti, Elle Kovacs? 



CODIGO DE HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora