Las Reflexiones De La Muerte

Sobre el Suicidio, II

He aquí nuevamente, eterna, pero marcando el fin.

Un joven, 23 años, buscándose la vida tras una fuerte depresión que lo ha atormentado ya varios años, ha pasado por varios terapeutas, sin éxito, la medicación no ha sido ni remotamente suficiente y la presión de un futuro incierto no lo deja ver con claridad las cosas, mas, sin embargo, ¿importa eso acaso? A fin de cuentas, ¿no es a lo que todo llegara finalmente? Todos terminamos muriendo tarde o temprano, pero alguien que se suicida, al menos decide como, cuando, y por qué.

Estaba la muerte, como ya es habitual, sentada en su salón viendo todas las vidas que terminan y recibiendo aquellas almas que tuvieron ya su oportunidad de vivir, pero un alma particular llamó la atención de nuestra querida amiga, esta alma no se notaba afligida, ni remotamente triste o molesta con el hecho de haber trascendido a un plano que definitivamente no se asemeja para nada a lo que había visto por unos largos 23 años, al contrario, se le notaba incluso alegre, aliviada, algo que no es habitual en almas tan jóvenes, pues por lo general solo las mas viejas, ya curtidas de la vida son quienes llegan de esta forma al plano infinito de la muerte, a lo cual la muerte decide ver por sí misma que había sucedido.

- Bienvenida seas – Saluda la parca.

- Hola... entonces esta vez si lo he hecho – dice riendo.

La muerte se impresiona... definitivamente no era la respuesta que esperaba.

- En efecto, has muerto –.

La joven alma no dice nada, solo se queda viendo el espacio en el que esta ahora, nota que hay un gran salón, con una silla frente a lo que parece una simple pared y se acerca a ella.

- Entonces... ¿por qué la silla frente al muro? ¿Qué la muerte no tiene ya mucho trabajo? –.

- No es solo una pared – se acerca hasta donde estaba aquella curiosa alma y le enseña. – Desde aquí es de donde observo, cada muerte, cada vida que llega a su fin y me encargo de guiarla hasta su destino final – comienzan a proyectarse imágenes, la vida de esta alma se reproduce desde su nacimiento.

Se escucha un ensordecedor... silencio. - ¿Por qué me enseñas esto?, tengo claro cómo fué mi vida, por eso es por lo que estoy aquí, aunque eso ya lo sabes... -.

- Sé que te suicidaste, pero no puedo comprender las razones, de hecho, desde hace algún tiempo trato de comprender por que muchas almas se aferran a la vida, aun cuando esta no es agradable, o buena, luchan hasta el ultimo aliento por no morir, pero otras, como tú, son todo lo contrario, anhelan morir con cada fracción de sí mismas –.

- No hay mucho que comprender, a algunos no nos agrada, o sencillamente estanos locos –

- He conocido locos, y tu definitivamente no eres uno –.

En la pared se muestran los últimos momentos del alma antes de morir, en aquella camilla del hospital, con cortes atravesando de lado a lado cada antebrazo de lo que solía ser su cuerpo. El alma solo observa y calla.

- Ayúdame a comprender entonces, ¿Qué te ha llevado a esto? Tenias todo, familia, amigos, empleo, no te hacia falta un techo, ni un hogar, no pasabas hambre ni estabas pasando por alguna calamidad... -.

- Mi vida... mi vida era la calamidad, me odiaba, me odio, mi vida estaba vacía, carente de propósito u objetivo, no tengo estudios, mi trabajo es una mierda, todo lo que he intentado salía mal, incluso para morirme me costó varios intentos, y tu sabes mejor que yo lo frágil que puede ser la vida – interrumpió el alma, se podía notar que el comentario no le había gustado. –. Terminemos con esto de una vez y deja que disfrute mi eternidad estando muerto –.

- No hay nada que terminar, o que comenzar, esta es tu eternidad estando muerto, si gustas puedes seguir tu camino por allá y vagar en el vacío infinito de la atemporalidad, o puedes quedarte aquí y ayudarme a entender la vida un poco mejor –.

- ¿Por qué te ayudaría? No me digas que vas a ofrecerme otra oportunidad... eso sería por mucho lo más estúpido que has hecho –.

- Te sorprenderías... tal vez haya algo aún más estúpido... -.

- Lo dudo, pero ya que estamos, ilumíname –.

- Deseo vivir –.

La expresión de aquella alma fue tanto de asombro como de incredulidad a partes iguales, ¿para que querría vivir la muerte? Después de todo la vida es solo alguien, o algo luchando por un objetivo que desconoce gran parte de la misma vida, y que en muchos casos ni logra conocer, ¿Qué gracia tiene estar vivo? Todo esta en decadencia, economía, sociedad, naturaleza; todo esta repleto de odio, rencor, maldad, guerras, destrucción, las mismas personas que luchan por estar vivas matan a otras en su afán de conseguir algo que es efímero en el tiempo y que al final no podrán traer consigo cuando mueran y aun peor, ni siquiera saben que al morir, no hay el cielo o el infierno con el que los atormentan a intimidan para "hacer el bien" y "amar al prójimo" al final todo es vacío, incierto e indefinido... ¿para que quiere la muerte vivir? Es la pregunta... pero tal vez la cuestión real es ¿para que quiere la vida vivir? Ella misma sabe que carece de sentido, pero aun así continua.

- ¿Deseas vivir entonces? Que clase de mal chiste es este... -.

- Lo has oído, pero como comprenderás, no puedo hacerlo, así que me dedico a estudiar la vida, analizarla y comprenderla, tal vez así pueda sentirme... viva... -.

- Le preguntas a la persona equivocada entonces –.

- No opino lo mismo, todo punto de vista que me ayude a estar mas cerca de mi objetivo es valioso, incluso uno de alguien que odiaba la vida con todas sus fuerzas –.

- Querida muerte, la vida no es para todos -.