Capítulo III

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—ChanYeol. BaekHyun —nombró el profesor con el ceño fruncido—. ¿De verdad no han trabajando nada? Ya pasaron dos semanas y ¿aún no me pueden mostrar un avance decente?

—Profesor...

—Nada de profesor, BaekHyun. —El maestro les envío una mala mirada—. Son muy buenos estudiantes y ahora tienen como desafío adaptarse a esta situación. ¿Saben lo importante que es para el ser humano adaptarse y más aún para un psicólogo?

—Sí, profesor —susurraron los dos con desgano y al mismo tiempo.

Miró de reojo a su compañero y este simplemente lo esquivó para luego dirigirse hacia su puesto al ver que el maestro no diría mucho más. Por lo mismo, ChanYeol tuvo intenciones de ir detrás del contrario, hablar con él y quizás comentarle de lo mucho que se arrepentía por lo que sucedió hace dos semanas. Sin embargo, BaekHyun rápidamente lo esquivó y se dirigió hacia su grupo de amigos, mostrándoles una sonrisa que a ChanYeol le supo traicionera. Llevaba días sin que el castaño le sonriese a él y no se dio cuenta hasta ese momento de lo agradable que era tener la atención de alguien.

Lo peor de todo resultó ser que la culpa fue suya, maldición. Sí, tenía miedos y habían cosas que lo angustiaban, pero eso no era motivo suficiente para tratar a su compañero como lo hizo. Tampoco fue grotesco, pero probablemente sí hiriente, al menos si pensaba de buena fe y se imaginaba que los sentimientos del contrario eran sinceros. Por ese motivo se dispuso a arreglar las cosas, costasen lo que costasen. Después de todo, la semana que estuvo alejado del chico resultó ser triste y agobiante, como de quien anhela un dulce que ya no venden más. Era estúpido, porque no lo conocía, maldición. ¿Cómo pudo encariñarse tanto e incluso poner en peligro su secreto monumental para solventar la situación? Porque sí, estaba pensando en contarle todo a BaekHyun y sincerarse, aunque eso le costase un corazón roto y otra cita con la psicóloga. Lo importante era ser sincero y sacarse el puto peso de los hombros. Después de todo, ChanYeol podía parecer un tipo malo, pero realmente odiaba serlo.

—BaekHyun —llamó con suavidad cuando lo vio caminando entre su grupo de amigos. El chico le daba la espalda e iba rodeado de personas, pero se giró a mirarlo cuando lo escuchó. ChanYeol no pudo descifrar algo con precisión en su expresión—, ¿podemos hablar un momento?

—Vayan sin mí.

No levantó la cabeza, prefirió ocultarse en su pequeña cueva como lo hacía siempre. Confiaba en BaekHyun, le demostró que no le asustaba su rostro, pero no sabía si sería lo mismo con sus compañeros, al menos ChanYeol no estaba seguro si podría confiarse a tal magnitud y levantar la mirada para que los demás lo viesen. Además, ahora sus cicatrices adquirieron un color rojizo y amarillo, era inclusive púrpura y hasta verdoso en algunas zonas. Sus cicatrices ahora eran heridas y no sabía como se tomaría todo aquello su compañero.

—¿Qué pasa? —El castaño no se asomó desde abajo con una sonrisa antes de hablarle como en un pasado hizo y ChanYeol no supo por qué eso lo entristeció—. Pongámonos de acuerdo por mensaje para el trabajo. Ahora mismo no tengo ganas de existir.

—¡Hey! —Alzó ligeramente la voz al ver que el contrario se dispuso a alejarse y a dejarlo ahí, en medio de tantas personas que ya parecían demasiado pendientes de ellos dos.

ChanYeol era raro, sí; estaba acostumbrado a que lo mirasen. Sin embargo, no dejaba de parecerle extraño recibir tanta atención, especialmente cuando estaba su compañero cerca. No quería que circularán comentarios raros del otro cuando el chico era tan buena gente.

—Quiero hablar de otra cosa —susurró y vio como los pies de BaekHyun se movieron inquietos sobre las baldosas de cemento.

—¿Ahora?

Bestial • || ChanBaek ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora