Desde la inconsciencia

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Hermione se encontraba sentada en una silla junto a la camilla en la habitación de San Mungo, acompañada por algunos miembros de la orden que aún quedaban.

Luego de esperar afuera por horas a que les dieran noticias, por fin un medimago había salido para informarles que el paciente estaba en recuperación y podía recibir visitas, pues ya estaba fuera de peligro.

Tomó asiento junto a la camilla, tomando cautelosamente la mano de Harry que aún estaba dormido debido a todas las pociones que le habían administrado. Sentada junto a la cama había derramado unas cuantas lágrimas, mientras de pie al frente de la cama se encontraban Ron, Remus, Tonks, Luna y Neville, que también habían querido pasar a ver a Harry. El resto de los Weasley, estaba esperando afuera.

Todo esto había sido causado por una redada en la que lo habían atacado con una maldición y lo habían dejado mal herido y necesitando de atención médica. Al trasladarlo a San Mungo, fue Ronald quien avisó primeramente a Hermione y luego al resto de la orden, de que Harry había sido internado en San Mungo.

Había sido contra la voluntad de Ron, avisarle a Hannah, la actual novia de Harry, ya que el pelirrojo estaba cien por ciento seguro que sus dos mejores amigos estaban enamorados, pero no querían reconocer sus sentimientos, por miedo a arruinar su amistad.

Mientras se encontraban en la habitación, esperando a que Harry despertara, la puerta se abrió, dándole paso a una chica de largo cabello café oscuro, al igual que sus ojos y de la misma estatura que Hermione. Al abrirse la puerta, Hermione se levantó de la silla sintiéndose molesta, pero sin poder reclamar nada, se quedó en silencio, hasta que la chica frente a ella decidió abrir su bocota.

— ¿Qué estás haciendo tu aquí? — preguntó la mujer bastante molesta y dejando notar sus celos por Hermione — ¿Recuerdas que soy su novia? — Continuó con reproche, mientras los demás en la sala solo observaban asustados el intercambio entre las mujeres.

— ¿Se te olvida que soy su .... mejor amiga? — Respondió la castaña apretando sus dientes y sonrojándose de enojo, cuando de pronto escucharon a Harry murmurar algo y todos volvieron su mirada hacia a él.

— ¿Ya ves? ¡Siente mi presencia, está despertando! — exclamó Hannah, apoyando sus manos en las piernas de Harry y mirando con reproche hacia Hermione.

— Her... — balbuceaba Harry, apenas audible — Her...mione — logró al fin articular y haciendo que todos escucharan.

Al oír su nombre, Hermione se acercó a Harry tomando su mano y apoyando su cabeza en la cien del azabache, mientras con su mano derecha acariciaba su rebelde cabello. Al presenciar todo esto, la novia de Harry salió furiosa de la habitación. Todos se habían dado cuenta de esto, menos Hermione.

— Sshhh, estoy aquí Harry — decía la castaña dulcemente sin apartarse de su lado y sin retirar sus manos de la mano de Harry y la otra de su cabello.

Hermione había levantado su mirada para encontrarse con la de Ron, quien le dio una sonrisa cómplice que la hizo sonrojar, ya que sabía que era un claro "tienes lo que querías, estás feliz".

— Oh, cállate — susurró la castaña sonrojándose y sonriendo levemente, sin soltar la mano de Harry.

En ese momento el medimago encargado de Harry, había entrado en la habitación, pidiendo que se retiraran para terminar de hacerle los exámenes. Así que a regañadientes todos abandonaron la sala, solo Ron había quedado, pues estaba esperando a Hermione, quien depositó un suave beso en la frente de Harry y siguió a los demás hacia afuera de la habitación, sonrojándose un poco, cuando se dio cuenta que su amigo pelirrojo había presenciado su despedida.

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