𝘿| Desde que Draco Malfoy quedó viudo, su hijo Scorpius tiene una sola misión, volver a ver sonreír a su papá, ¿Y qué mejor que la nueva dueña de la pastelería en Hogsmeade, Adeline Sayre?
-Pero te voy a ayudar.-habló el menor de los Potter asintie...
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O M N I S C I E N T E
Adeline caminaba de lado a lado en la pastelería, atendiendo y sonriéndoles a todos al momento en el que Draco entro le sonrió y ella lo ignoró dándose la vuelta y caminando hacia otro lugar.
—Adeline.—escucho que Draco habló, decidió ignorarlo y seguir caminando hacia los lados—¿Adeline?—la seguía de lado a lado mientras trataba de hablar con ella. En un momento repentino la tomó del brazo logrando que por fin se volteara— Hola.—sonrió.
—Hola.—hizo una media sonrisa— Lo siento estoy muy ocupada.
—Pero... todo lo tiene cubierto.
—Ah vienes por tu saco.—asintió ella mientras Draco fruncia el ceño—Lo tengo en mi oficina, ven.—se separó de su agarre y comenzó a caminar hacia la oficina mientras Draco la seguía.
Entró a la oficina y Draco cerró la puerta tras de ellos, lentamente veía como no dejaba de fruncir el ceño.
—¿Estás bien?—pregunto levantando una ceja.
—Increíblemente bien.—le extendió el saco— Aquí tienes.
—Gracias.—lo tomó—¿Qué harás el....
—Trabajar.—contestó sin mirarlo—Tengo cosas que hacer así que, nos vemos.—comenzó a caminar hacia la puerta hasta que Draco volvió a tomarla de la muñeca.
—¿Qué pasa?
—¿De qué?
—Te noto... molesta.
—No, tengo mucho trabajo, ya te lo dije.
—Evidentemente lo tienes, ni siquiera te he dicho el día y estás muy ocupada.
—Lo estoy.—afirmó.
—Salgamos el viernes.—nego.
—Tengo tres pasteles de bodas que entregar.
—Sábado.
—Cuatrocientas galletas que entregar.
—¿Domingo?
—Voy a la iglesia.
—¿A la iglesia?—frunció el ceño y tarareo en respuesta—¿Todo el día?
—Todo.—se volvió a zafar de su agarre— No te preocupes seguro tienes a alguien a quien invitar.—señaló el saco y salió de su oficina.
Draco lo tomó muy confundido y lo empezó a revisar hasta sentir el pequeño pedazo de papel. Los saco desenvolviéndolo y suspiro.
—Perfecto.—negó cerrando los ojos.
Volvió a tomar aire profundamente y salió cerrando la puerta tras de él. Adeline estaba en el mostrador atendiendo a nada menos que a Blaise Zabini.
—Amigo.—Draco tomó su hombro de manera brusca provocando una mueca de dolor de su parte.
