ESTABLES

Capitulo dos

2
El drama

Casey

Abrí los ojos y lo primero que vi fue a Conrad al lado mío con la cabeza recargada en el borde de la cama dormido. Nos quedamos jugando hasta las 7 a.m y yo me quedé dormida con el.

Tomé mi celular y revisé la bandeja de entrada de WhatsApp. Unos 50 mensajes estaban ahí, y 48 de Tyler. Pero eso no me llamó la atención, si no que mi vista directamente se fue a solo dos mensajes de un número desconocido. Miré su foto de perfil y solo estaba una pantalla negra.

Que profundo, eh.

Eran dos simples mensajes: un punto, y «Agregame»

Genio, ¿Cómo te voy agregar? ¿Eh? Número desconocido que su primer mensaje fue un punto

No hacía mucho que lo había mandado. Exactamente hace 12 minutos. De repente, la foto de perfil se puso en blanco para después aparecer una foto de una persona, y ahí me di cuenta de quién era.

El amigo súper sexy y misterioso de los Pratt de nombre Beck.

Solo Beck, Casey.

Dudé en escribirle pero ya había visto los mensajes, y no era de las que dejaba en visto.

Casey :)

¿Cómo te agrego? ¿O pongo lo que yo quiera?

No tardó ni 20 segundos en contestar.

Número desconocido
Cómo Beck.

Casey :)

Bien, Beck.

Beck

¿Listo? ¿Ya me agregaste?

Casey :)

Listo, ya...

—James—La voz de Conrad sonó a mi lado y apagué mi celular.

—Pratt—Contesté en el mismo tono como si estuvieramos a punto de competir en algo.

—¿Quién ganó? ¿Eh?—Sonrió con aires de victoria. Ese maldito...

—¡Me tiraste un dorito en la cara!

—¿Y eso en qué tiene que ver?—Se estaba conteniendo una risa. Yo sabía que él sabía a qué me refería.

—¡Me cayó polvo de dorito en el ojo!—Y ahí el se soltó a carcajadas.

—Todo se vale en el juego, James—Lo fulminé con la mirada y el empezó a verme fijamente.

—¿Ahora quieres concurso de miradas, Pratt?—Me acomodé en el puff y lo seguí mirando. —¿Sigue estando en pie lo de en el juego todo se vale?

—Claro—Apagó la mirada para intentar intimidarme, y lo estaba logrando, pero tenía un as bajo la manga.

—Entonces...—Mi mano se posó en su abdomen e hice ligeros pellizcos haciéndole cosquillas. El se dobló sobre sus piernas y empezó a reírse de manera contagiosa.