Nueva Esparta.
[Tropas de todo tipo:
Habrán actuales, de la segunda guerra mundial que me interesen, ciencia ficción, tecnomagia, fantasía y muchas más.
Estoy seguro de que a muchos les gustará esta idea porque todos podrán dar opciones pero que al menos sean conocidos.
Respecto al mundo básicamente el de SAO pero si fuera real y más grande junto con muchos reinos e imperios.]
Tras morir atropellado, al salvar a quien me gustaba y a quien me había declarado y este lo aceptó, aparezco en medio del mismo vacío estelar y frente a mí aparece una figura humanoide oscura que se presenta:
- Buenas humano. Soy Han el Oscuro, uno de los tres dioses primigenios de la adivinación.
- Pe... perdone por no saludarle como usted merece.
- Tranquilo humano no te preocupes. Seguramente estés sorprendido de que te haya llamado a mi lado mas quería hablar contigo.
- ¿Un dios primigenio quiere hablar con un simple humano? - pregunto algo recompuesto.
- Sé perfectamente que eres más que un simple humano. - dice observándome fijamente. - Y tú también lo sabes.
- Ya pero tenía que fingirlo en la Tierra. - digo serio. - Ahora ¿qué quiere un dios primigenio de mí?
- Verás cada cierto tiempo mando a los dioses arquetípicos y conceptuales mandar reencarnados a otro mundo con distintos poderes e incluso crear países que son potencia.
Alguna vez haré que se encuentren reencarnados para hacerlo más divertido.
Bueno a lo que iba te voy a dar poderes de invocación de tropas en un mundo a elección mía pero de seguro conoces.
- Supongo que no debo preguntarte el mundo ¿no? Bien en ese caso quiero decidir que tropas invocar.
- Adelante pero antes ¿tu nombre?
- Llámame Chaos. - digo sonriendo. - Respecto a tropas quiero de todo tipo incluso de este universo.
- Un deseo ambicioso. Le caerías bien a Nyarlathotep.
Lo acepto y como me has caído bien te llevaré a alguien que te importa al mundo solo que tendrás que encontrarle donde aparecerás.
Para invocar tus tropas gastarás eter por lo que tendrás que esperar un tiempo de uno a dos días en cuanto gastes todo.
- Muy bien. Mándame ya.
- Bien.
Y así empieza mi aventura en otro mundo.