LOVE ACTION [Pausada]

Chapter 3 *Misterios*

¿Ellos vivirán aquí?

-Hija, sé que esto no te gusta, pero lo hago por tu propio bien y tu seguridad- dijo mi padre cogiéndome de las dos manos-

-Entiendo que quiera hacer eso papá, pero yo quiero escoger libremente al chico con quien quiero compartir mi vida y no con pretendientes-dije con una mirada compresiva.

Ellos se nos quedaron mirando. Matías estaba con una sonrisa burlona y con los brazos cruzados, Livius estaba serio con las manos en los bolsillos y William nos miraba con una mirada seria. Mi padre se acercó a ellos. Les dijo un par de cosas necesarias y minutos después, se fueron quedando yo y mi padre solos.

-Hija, quiero que conozcas bien a estos chicos. Intenta ingeniar con ellos y cuando los hayas conocido bien, tendrás seis meses para elegir a tu prometido con quien deberás casarte- dijo serio mientras andaba de aquí y allá con una copa de vino.

-Pero papá, yo no les conozco…-me interrumpieron.

-Ainhoa García, tienes exactamente seis meses para escoger a uno de los tres sino tendrás problemas conmigo-dijo en un tono amenazante mirándome a los ojos.

(Poner la canción de one last time de Ariadna Grande)

Yo solo me asusté un poco y me salí del despacho de mi padre. Era injusto que hiciera eso. Subí las escaleras acompañadas de una gran alfombra roja. Mis lágrimas estaban a punto de salir por lo que me aguanté. Subí tan rápido las escaleras que sin querer me choqué con algo y hace que mi cuerpo  caiga para atrás. Pero alguien me sujeta de la cintura y empotra mi cuerpo al suyo. Estaba tan apegada a su cuerpo que no podía saber quién era.

-Esta es la segunda vez que la salvo de no hacerse daño-dijo una voz grave cerca de mi oído que hizo darme un pequeño escalofrío.

Es la segunda voz que oigo su coz tan grave y profunda. Con solo pensar eso, me vino a la mente de aquel primer beso que os dimos por accidente y me separé de él inmediatamente. Pero me dí cuenta que estaba en las escaleras que automáticamente me abrazo a William para no caerme. Oí una pequeña risa pero era tan inaudible que no alcancé a oírla del todo. Sentí como mi cuerpo se elevaba, pues me había cogido en brazos como a una princesa y me llevó hasta arriba. En ese tiempo, solo me puse roja. Mi corazón se sentía muy agitado.

Le miré a él. William tenía la vista echada hacia el frente con ese semblante serio e intimidante. Me llevó hasta la puerta de mi cuarto.

-Oye no hizo falta que me llevaras hasta aquí- dije un poco roja e intentando bajarme de sus brazos.

“Un momento, ¿Cómo sabe que esta es mi habitación?”

-He estado paseándome por los alrededores. Además ví a tu hermano salir de tu habitación. Y soy una persona educada y trato a las señoritas como tú como se debe- dijo mientras me bajaba entre sus brazos.

Yo solo me sorprendí y me sonrojé. ¿Cómo ha podido saber lo que pensaba? Él me miró unos instantes y se fue por donde había venido. Pero antes de que fuera, giró su cuerpo y me sonrió por primera vez que hizo latir mi corazón y que me dé una sensación rara en el estómago. Como si miles de agujas se me clavaran en la tripa.

-Es fácil de saber lo que piensas si pones esas expresiones en tu cara-dijo sonriéndome y se largó, dejándome con la palabra en la boca.