Capítulo 05

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Taehyung había llamado a la oficina,
después del almuerzo. Lejos ya había
quedado el por qué y el cómo se había ido enojado con su padre esa mañana, su mente en algo mucho más importante. Irene contestó enseguida, dejando ver un poco de emoción en su voz cuando supo que era el alfa, éste suspiro sin decir nada sobre ello.

Estaba en la cocina hablando por
teléfono, luego de avisar que ese día se tomaría libre y dejar las indicaciones necesarias para lo que restaba del día. Había algo en el que hacía que no pudiera irse en ese momento, no podía dejar al omega sólo, sentía la necesidad pujante en su estómago. Necesidad de acompañarlo.

Sintió el aroma a desolación que
emanaba éste, varias veces. Pero no
dijo absolutamente nada ¿Qué podría
decir que no fuese invasivo?

Luego de que le propusiera quedarse,
al menos por ese frío día al omega, éste no dijo absolutamente nada y sólo agachó la mirada y aceptó apenado. Taehyung lo pudo sentir en él en ráfagas.

Su alfa interior pedía por calmar al
omega, por tranquilizarlo pero se
contuvo, usando todas sus fuerzas se contuvo. Solamente se dedicó a darle espacio al chico, y dejar que en el momento que él sienta que era el momento de hablar seguramente lo haría. Hasta ese entonces no iba a presionarlo.

Jungkook se sentía un poco incómodo y no porque el alfa hiciera o dijera algo para él ponerse así, sino por sentirse usurpar una casa que no era suya. Eso le ponía nervioso.

Pensar en su bebé y en él en la calle lo
ponía aún más aún, saber que no tenía a dónde ir, también. Lo había perdido todo, lo poco que había conseguido en ese tiempo le fue arrebatado por Choi JinHyuk.

Lo poco que había ahorrado también,
todo el esfuerzo de su cuerpo se fue a la basura. El alfa lo había usado, y tirado como si no valiera absolutamente nada.

Y él se sentía así por momentos.

Tampoco podía volver a trabajar al
Burdel, lo habían corrido tal como
JinHyuk le había dicho que sucedería si no empezaba a ganar más dinero.
Los alfas ya no lo elegían, y cada vez
se hacía más difícil llegar a la cuota
exigida por el alfa.

JinHyuk no sabía que Jungkook estaba
embarazado. Ni siquiera se daba cuenta del por qué el omega cambió de olor, y ahora sus clientes elegían
omegas más jóvenes, con aromas más
dulces y templados que el suyo. El
último mes le tocó solamente betas, y la tarifa era más baja y por lo general no dejaban propinas.

Lo que más temía sucedió. Había
pasado a la fila de los omegas obsoletos por estar embarazado pero a Jungkook no le importaba.

De todos modos tenía miedo de que
JinHyuk volviera a aparecer. El alfa actuaba impulsivo y por más que ese día le hubiera dicho tantas cosas horribles y dejado en medio de ese
lugar, Jungkook creía que volvería por él.

Nunca se daba por vencido tan fácil
y más si aún podía sacar alguna
ganancia del cuerpo del menor.

Jungkook se había acostumbrado a eso, y al principio le dolió y le costó mucho aceptar que ese era su destino tan solo por haber sido omega.

¿Por qué el destino lo odiaba tal como
su padre lo hacía? Tan solo por haber
presentado omega, su padre se deshizo de él como un estorbo. No era más que eso para todos, y ahora para éste alfa.

No merecía nada, ni a nadie.

La voz del alfa lo saco de sus propios
pensamientos. Se quedó mirando la
profundidad de esos azules, profundos como el mar mismo y cristalino como el más calmo. Tenía una pequeña sonrisa en sus finos labios, y se sonrojó al percatarse de que se quedó mirando más de lo debido.

Burdel | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora