Capítulo 04

1.2K 140 10
                                    

El silencio se hizo presente ni bien
arrancó a conducir por las calles de
Seúl. Taehyung estaba conduciendo bastante rápido, sumido en sus
pensamientos.

¿Qué hacía Jungkook ahí? ¿Por qué
estaba en medio de la acera con ese
infernal frío? ¿Cómo podía alguien
hacerle eso a una persona? Aunque él
no fuese su alfa, en su interior sentía
que era incluso su culpa. Un cóctel de
emociones trabajaban en su interior,
sin prestar atención al frágil omega a
su lado.

Dentro del coche, el calor se concentraba gracias a la calefacción
pero Jungkook no se había quitado el
abrigo que le había dado el alfa, en
cambio se aferraba con más fuerza y se hacía más chiquito sobre el asiento
de cuero. Pensaba en que sería de él, y el por qué su omega se alegro al percibir al alfa, y más por qué
permitió que lo llevase de ese lugar.

Giró a penas el rostro, para encontrar
un expresión tensa en el mayor. Un
par de ojos azules, fuertes con el oceano mismo, que rugían fiereza. Se sintió intimidado, e inconciente se le escapó un gemido lastimero gracias al fuerte aroma que desprendía el alfa. Su omega interno se desesperaba por calmarlo, era su puro instinto, por hacer algo pero el miedo lo estaba paralizado.

Inconciente empezó a temblar, pero no de frío.

Taehyung frunció el ceño, dándose cuenta del cambio que nació en el ambiente y del aroma que él mismo estaba desprendiendo, puras feromonas de enojo. Miró de reojo al omega, la expresión de miedo lo paralizó un poco. Y se odió a sí mismo. Mordió la parte interna de sus mejillas con fuerza, hasta que sintió el sabor metálico invadir su cavidad bucal.

Tragó, tratando de respirar calmado.

Inspiró, y sintió el olor que el omega
desprendía. Tenía miedo. Le dolió
generar eso en el chico, le dolió y no
sabía a qué se debía.

Disminuyó la velocidad. Buscó un lugar para estacionar, y se ubicó ahí.
Intentó tranquilizar a su alfa interior
que quería calmar al omega, había
oído el sonido lastimero que había hecho y todo se había desatado en su interior. Quería tranquilizar al chico, quería marcarlo con su aroma para que se sintiera mejor, pero no se animó a hacerlo. Quería lamer su cuello, tan mal. Eran tantas las ganas
que tenía de hacerlo sentir bien. Pero
ese no era su lugar, lastimosamente
pensó.

Los alfas hacían eso con sus omegas.
Lanzaban sus feromonas para que se
tranquilicen, besaban su cuello justo
donde se encontraba la glándula que
producía las feromonas y dónde se intensifica su escencia, o besar justo la base donde iban las marcas del lazo.

Pero Taehyung no era su alfa. Jungkook no era su omega, y no podía estar teniendo esos deseos increíbles de hacerlo, porque no debía. Porque dejar salir su lado más animal iba a significar asustar al chico más de lo que ya estaba y eso no se lo podía permitir.

El coche quedó en marcha y ellos en silencio, Taehyung no sabía si buscar
la mirada de Jungkook. Un silencio que perduró hasta que, al fin, Taehyung giró sobre sí mismo, despacio y con cuidado de no alarmar al omega. El cuero debajo de su ropa rechina con el movimiento. Se enfrentó a un hermoso jóven, con un profundo verde en sus ojos y los labios no tan pálidos como lo había visto hace tan solo unos minutos. Un suave rosa cherry lo enmarcaba.

"No te asustes, omega. Por favor,"
pidió, con voz suave y calmada. Buscó
la mirada del chico, intensamente
escudriñando su bello rostro y la
encontró, sonriendo cálido. Jungkook
logró destensar sus hombros. Tan solo
un poco.

"Tu olor. Estás enojado, alfa," susurró
el chico, cohibido, estrujando sus
propias manos, buscando algo que hacer con ellas. El aroma del mayor lo
había mareado un poco.

Burdel | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora