CAPÍTULO TRES.

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Valeria. 


Ahora que ya nos conoceis un poco más, bienvenidos a mi vida.


7.00 A.M. suena la alarma para ir a clases, la apago y me recojo el pelo en un moño enmarañado para poder vestirme más comodamente, me quito el pijama; si es que se le puede llamar así a una sudadera de la sección masculina de pull & bear. Salgo de mi habitacion direccion a mi vestidor, saco el uniforme y vuelvo a mi habitacion.

Esta consta de una cama de matrimonio en la esquina izquierda, a su derecha esta toda la pared cubierta con una estanteria con mi coleccion de novelas, nada mas entras en la habitación, hay un precioso ventanal que da al patio delantero; donde se puede ver la piscina; delante de este está mi escritorio, donde tambien tengo un tablon de corcho con cosas que me gusta decir que me representan; fotos con Emma, mis poemas favoritos, fotos con Daniel y Alejandro; una de ellas donde estamos los tres sentados en la terraza de su casa de campo en verano, ellos estaban contando historias y yo los escuchaba atentamente a su lado, hubo un anecdota que contaron que me rei muchisimo, y fue en ese instante cuando tomaron la foto los demas invitados...

Me puse el uniforme y fui al baño a peinarme, a pesar de que el centro obligase a los alumnos de pelo largo a recogerselo; me importaba una mierda, asi que me cepille el pelo y me lo meti detras de las orejas. Me lave los dientes y me puse el lazo que me regalo mi abuela. Antes de bajar las escaleras, volvi a mi habitacion a por la mochila y me pare delante de mi estanteria, preguntandome que libro empezarme; dado que el dia anterior me habia terminado la trilogia de <<culpables>> queria comenzar algo menos... apasionado, por asi decirlo, asi que cogi <<a dos metros de ti>>, baje las escaleras y sali de mi casa.

Al salir vi a Emma, con la que voy todos los dias a clases, (bueno, todos menos algun que otro jueves porque el horario es para cortarse las venas).

-Buenos dias por la mañana-me dijo dandome un abrazo

-Buenos dias otra vez en esta ciudad de mierda-respondi devolviendole el abrazo.


-¿Vamos al quiosco?-me pregunto, nuestros padres otra cosa no, pero saludables si eran, siempre nos preparan para desayunar palitos de zanahoria y cosas que basicamente le darias a una vaca, o a cualquier animal que no tenga suficientes neuronas para tirartelo a la cara, asi que emma y yo nos turnamos los dias para comprarnos dos rosquillas de chocolate.

Cuando compramos nuestro desayuno llegamos la puerta del centro.

-¿Cómo dios nos trajo al mundo?-me dijo.

-Como dios nos trajo al mundo-afirme.

-Llorando y en contra de nuestra voluntad-dijimos al unisono y entramos a clases.

Entramos y nos fuimos con nuestro grupo, suelen decir que los grupos de mas de cuatro no funcionan; y puede que no lo hagan, pero nuestro grupo era la excepción, no la regla. Somos siete contandonos a Emma y a mí.

-Otro dia de mierda en esta vida de mierda en este instituto de mierda-Dijo Laura. Era castaña clara, su piel era de un tono intermedio y tenia los ojos marron chocolate con leche; encajabamos muy bien porque somos igual de pesismistas, en fin; acuario y escorpio...

-Os diria una frase filosofa para animar el dia pero es que laura tiene razon, otro dia de mierda en esta vida de mierda en este instituto de mierda-Dijo Paula, la chica más lista de todo el centro, era la mas pequeña del grupo por un año, ya que gracias a sus altas capacidades la pasaron de curso, y menos mal que la pasaron porque si no no la hubieramos conocido. Tiene el pelo corto, un poco por encima del pecho y es castaño claro también, aunque como se ha teñido varias veces el pelo tiene reflejos rubios y el flequillo cortado como una cortina; tiene pecas alrededor de su rostro y los ojos casi negros. Es muy buena amiga, la típica que se preocupa mas por lo demas que por ella (ejem, sol en tauro y luna en piscis). De esas amigas que te explican el examen diez minutos antes.

-Venga hombre, pensad que un día mas quiere decir que queda uno menos para verano-Dijo Julia. Rubia, ojos azules; su pelo era tan liso y tan largo que caia sobre su espalda pareciendo una cascada. Tiene unos dientes perfector dado que hace unos años tuvo brackets, tenia unos pomulos perfectos y como buena virgo, era la mas encantadora. Siempre buscaba el lado positivo.

-Yo creo que lo que me ayuda a levantarme de la cama es pasar por secretaria-Dijo Ángela. Su tono de piel era mas moreno que el resto, y su pelo era moreno hasta que en las puntas cambiaba a un tono cobre precioso. Tenía gafas, era la mas bajita del grupo, y como buena leo la mas pasional; cuando amaba, amaba con todas sus fuerzas, o si no que se lo digan al chico de secretaría, Manuel de los Santos.

-Cualquier dia te denuncia por acoso-Dijo Mónica; pelo rizado en delicados tirabuzones, pelo oscuro casi negro que combinaba con su piel, que era de tono intermedio, tenía gafas y hace poco le habían puesto los brackets. Era la tipica persona que no tenia nada en contra de nadie, se llevaba bien con todo el mundo, desde el mas popular hasta el mas reservado. Era una cancer encerrada en el cuerpo de una tauro.

-¿Qué toca a primera?-pregunto Emma cambiando de tema. Faltan palabras para describirla a ella: rubia platino con destellos rosas por un tinte que no salio demasiado bien, ojos de un tono azul cielo y con varias pecas sobre sus mejillas. Sus labios eran intermedios y tenia una sonrisa deslumbrante a pesar de tener brackets.

-Historia-respondí. Yo la verdad es que estaba bastante agradecida con mi físico. Pelo castaño del mismo color que una tableta de chocolate con leche, nunca lleve brackets, pero mis dientes estan perfectamente rectos, mis labios son un poco carnosos y mis ojos de un miel brillante.

Cinco minutos antes de que tocase la campana empezamos a subir por las escaleras.

-¿Qúe libro traes hoy?-me preguntó Laura.

-A dos metros de ti, va de un chico y una chica que tienen fibrosis quistica y no se pueden tocar, pero aun asi se aman.

-Vamos, que has pasado de un libro en el cual no paran de acostarse a otro en el que no se pueden tocar. -Dijo y me reí al instante.

Antes de entrar en nuestra clase vimos a la directora del instituto, Rosa; estaba mirando con cara de pocos amigos a Emma, como casi todos los días.

-Emma Hidalgo Sanz, a mi despacho de inmediato-Dijo Rosa y Emma nos guiñó un ojo yendose con la directora.

Si el final es triste, entonces no es el final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora