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uno

La relación de Jisoo y Chaeyoung era una que se podía clasificar como "odio a mi madrastra porque quiere ser como mi anterior padrastro, o el otro, o el otro, o el anterior, o el segundo, o mi papi, mi único papi".

Pero en realidad, Jisoo ni intentaba ganarse el aprecio de Chaeyoung, y Chaeyoung estaba harta de que Jisoo ni siquiera la miraba.

Porque bueno, sí, Chaeyoung sabía que no debía meterse con la pareja de alguien, y menos con la esposa de su madre, pero es que Jisoo era un punto alto en la belleza, y se atrevía, a decir, de la perfección humana, una perfección que era fuerte, esa mandíbula que parecía punzocortante, ese cuerpo trabajado, y finalmente, esa mirada.

Esa estúpida mirada que sólo tenía un rostro neutro, sus labios que eran relamidos pero después volvían a su punto fijo, sus cejas que poco a poco se fruncían para hacerlo lucir enojado, y sus labios, antes neutros, fruncidos. En pocas palabras, y a palabras de los jóvenes; una cara de culo.

Pero era una belleza, una estúpida belleza que te golpeaba de forma violenta por sólo verla y aunque tuviera un rostro de una persona seria, sumamente apática, no se podía negar esa belleza. Más los perfectos modales de la mujer, su excelente labia, su amplio vocabulario.

La pelinegra era el punto alto de la perfección, dotada de todo, poseedora de una gran inteligencia, porte, y belleza.

Belleza que muchas veces era borrada por lo grosera que era Jisoo con ella, que la hacía torcer los ojos.

Después de todo, era una idiota.

Si ni los buenos días le podía decir. Chaeyoung gruñó.

-Buenos días a ti también.

-Nunca te los deseé- su mano que viajó a algún lado de su vientre, y se movió rápidamente, haciendo a Chaeyoung dejar de comer de su cereal.

Oh Dios... ¿Se había rascado las bolas enfrente de ella? Aventó la cuchara en su plato y la vio fija, haciendo a Jisoo verla del mismo modo con ese estúpido rostro fijo.

-¿Te acabas de rascar las bolas, enfrente de mi?

-Sí, ¿algún problema? después de todo, es mi puta casa.

-¡Buenos días, mis más grandes amores!- un beso en su mejilla y un beso en los labios de la pelinegra, aceptando la taza que Somi le cedió, dándole un pequeño asentir.

¿Nunca sonreía? Chaeyoung acarició su mejilla con su lengua, viendo su cereal, asqueada de las pruebas de amor de sus madres enfrente de ella.

Desearía no saber por qué se habían levantado de buen humor.

Achicó sus ojos mientras levantaba su plato y se levantaba, suspirando, pero su madre les llamó la atención.

-Mis amores, les dejaré la casa sola- la ceja alzada de su esposa, que con ese gesto es más que suficiente par hacerle saber que quería saber su motivo- Doyeon me dijo que hay reunión y tengo que ir, ya saben que no me pierdo ninguna reunión con mis amiguis y tengo que ir, es algo de dos días.

-¿Con Doyeon?- Chaeyoung alzó su ceja divertida, viendo cómo el intento de su madre de poner celosa a su esposa no funcionaba, y sólo asintió, viendo su célular.

-Entonces cuídate y envíanos un mensaje cuando llegues allá- entonces, Jisoo ni se inmutaba, Chaeyoung ahogó una carcajada mientras veía su celular, fingiendo ver sus redes sociales, pero sólo vio a su mama imitar la cara de culo de su madrastra.

Eran polos opuestos, y Chaeyoung no sabía por qué se casó Jisoo con su madre, pero los gemidos de ayer la golpearon de la nada.

Bueno, al parecer su madre sabía mover bien las caderas y eso era más que suficiente para tener a una mujer enmielada por sus muslos.

Alza su ceja, haciendo que Jisoo la viera.

-¿Eres imitadora profesional de La Roca o por qué alzas mucho esa ceja?

-Estoy imitando emojis.

-Eso fue gracioso- Chaeyoung se le quedó viendo, viendo ese rostro neutro que para nada mostraba diversión, así que frunció su ceño, más confundida que antes.

Suspiró, levantándose, caminando a su cuarto mientras escuchaba a su madre y a Jisoo hablar.

Era habitual que Jisoo los viernes se tomara un whiskey en la sala, escuchando alguna canción y para Chaeyoung, haciendo actividades de ancianos.

Veía a su abuelo hacer eso, para Chaeyoung, la pelinegra era una. Me

Pero una demasiado linda y joven.

Pero siguiendo que consumía whiskey los viernes, cuando Chaeyoung fue a pedirle dinero aprovechando que estaba calmada, se encontró que se estaba tomando unas cervezas mientras escuchaba canciones de The Notorious B.I.G, con una media sonrisa.

Se acercó curiosa.

-¿Tú, sonriendo?- Jisoo la vio, y palmeó su asiento al lado, cediéndole una cerveza.

Chaeyoung aprovechó, porque de verdad, era la única vez que Jisoo le compartía algo.

Una vez estaba viendo un chocolate, esperando que Jisoo lo notara, y lo hizo. Echó el chocolate en el carrito del mandado y al momento de pagar, en lugar de dárselo a una sonriente Chaeyoung, se lo comió de una sola.

Así que no dudó al aceptar la cerveza, sentándose a su lado.

-¿Estás celebrando que mamá se fue?

-Oh, no, ya sabes que siempre consumo algo aquí, escuchando a Biggie, sólo que esta cerveza hace tiempo que no la consumo y es de mis favoritas, tiene un sabor... demasiado, no tanto fuerte ni liviano, está en un punto perfecto.

Chaeyoung asintió, tomando de la cerveza, y odiando que Jisoo tuviera tanta razón y tanta experiencia en consumir alcohol.

Nunca la había visto borracha, a decir verdad.

Mordió su labio mientras se acercaba a ella, poniendo su mano en su cabeza, apoyándose en el sillón cruzando una pierna sobre la otra, viéndola.

-¿Por qué me odias?

-No te odio, Chaeyoung.

-¿Entonces por qué te llevas tan mal conmigo? Digo, por lo menos con mamá asientes y le dices algo lindo pero yo que soy tu hija apenas me ves y frunces el ceño y te alejas, idiota.

-No me hables en ese tono- señaló, haciendo a Chaeyoung torcer sus ojos, pero luego escuchó una risita,-no me desagradas, de hecho hasta me caes bien.

Bueno, al parecer llegó el momento de sincerarse, entre las dos.

Chaeyoung chocó su cerveza con la de Jisoo, ganándose más que una sonrisa media.