Capítulo 3

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Fallon Brown

Su mano enguantada atrapa mi muñeca justo cuando estoy a milímetros de tocarlo, y sus ojos fríos y oscuros como la niebla impactan sobre mi rostro mirándome con una sonrisa un poco torcida a medida que habla y dice lo que me pone tiesa mientras se para.
-En 10 minutos será.-

Me suelta, como si el simple contacto le quemará de inmediato y entonces se incorpora así como sale del lugar chasqueando sus dedos para que dos mujeres vestidas de, o bueno, dos mujeres medio desnudas tomaran las cadenas como si fuera lo más normal del mundo, jalandome tal cual muñeca de trapo hacia lo que era al parecer un baño enorme en donde todo se ve jodidamente caro, y en dónde siento que podría vivir dos personas hasta con carro.

- Sabe... - suspiro - Yo estoy cansada y no deseo participar de la cena.-

La mujer sigue, y la ignorada del año es la que recibo de parte de las doñas tiesas mientras llenan la ducha para quien supongo es para mi, y sin decir nada , así como si fueran robots! Sólo me jalan hasta la enorme bañera como si fuera la Ariel cuando llega al mundo humano y empiezan a pasarme esponjas y champú hasta en la lengua logrando que escupa agitada tratando de no chillar a ver si me sale un cangrejo en el cabello o que se yo oyendo cada cosa que ellas hablan.

- El señor quiere que esté muy bien vestida, así que nos encargaremos de usted con cuidado, ok?.- Me abren la boca para meter una pastilla que supongo es para mí malestar, y luego lanzan un buen trago de agua en mi garganta para pasar la antes mencionada hasta que esté lista, y en menos de nada ya me tienen levantada sobre el mármol con un secador, dos toallas que me violan el cuerpo, y con dos manos arreglando mi rostro tomando medidas de que podría usar o no.

- Creo que el negro le queda perfecto a usted - menciona una de las señoras.

- Ah si? - me veo en el espejo.

- aja, mire lo bonito que le luce -. Agarra una cosa que se ve como para niña de cinco años, luciendolo frente a mi cuerpo como si fuera maniquí, emocionandose ella sola cuando parece haber visto quien sabe que y entonces sin pedir permiso, lanzarmelo encima apretando hasta las cositas que no tengo, y ajustando mi cintura y cadera casi sin dejarme respirar , metiendo rápidamente bragas literalmente que ni suficiente tela tienen para taparme, y dejándome sin brasier cuando terminan de arreglarme.

- Ok, quedan tres minutos, necesito que le hagan algo sencillo en el cabello y que muevan la manito - ordena la de una esquina.

- Claro que sí, Señorita Durand - mis ojos se abren un poco más de lo normal al escuchar el apellido de la que me vistió mientras me hace estruendo en la cabeza, grabándose tal cual comercial viejo que pasa una y otra vez hasta que ni en mil años se te olvida, quedando totalmente arreglada e irreconocible frente a el vidrio en cuestión de segundos, logrando que hasta yo me sorprenda y no pueda reconocer en que momento pase de casi morir en una celda, a estar vestida como una de esas locas millonarias que solo sirven para lucir bonitas y que bueno, ahora posiblemente solo luzca bonita hasta que quieran matarme, no?.

-Bajenla, que el señor está en la mesa- Me toman de la mano luego de ponerme los tacones, y entonces como si fueran mis escoltas, la señorita Durand y compañía comienzan a guiarme pasos abajo por la escalera y por el pasillo que había visto al entrar, dándome un pequeño recorrido por una enorme sala que daba a una gran cocina, terminando justo en un fabuloso comedor, que no solo concluye el camino, sino que también concluye mi calma y mi paz cuando unos ojos que ya me estoy acostumbrando a sentir , se clavan sobre mí, y no justamente en mi rostro, ya que la presión se me sube a el abdomen, a la cadera y a mis pequeños atributos bien marcados por esta ropa que parece de diosa.

Ropa que creo que al señor de guantes de cuero, le gusta mucho o al menos eso parece por la forma en que me detalla, y luego se coloca serio haciendo una seña para que me sienten, y así como si no supiera caminar , ambas escoltas me aprieten hasta quedar en una de las puntas de la mesa, que me deja al menos a 10 asientos de cada lado de distancia con la otra punta en la que se veía El, con dos hombres a su espalda vestidos de negro, y con una mujer igual de combinada a su mano derecha pareciendo capaz su... Su novia?.

Quien mierda será?, Digo, es simple curiosidad, a mi me vale madres si es su novia o sea su puta, este ridículo me cae del horto, y ni por que tenga el cuerpo Grande, ni los ojos hermosos, ni un tatuaje en el pectoral que apenas se ve con su camisa, y tenga esa barba de hombre emprendedor , no podría hacer que me gustase aunque sea un poquito más. Es solo cuestión de qu-...

- ¡Traigan la comida quieren! - habla el jefe.

- Como ordene señor Cali - Una mujer del servicio sale del lugar con su atuendo blanco , y entonces me deja ahí admirando al tipo de la mesa que tengo en frente como si no entendiera que hacer, o si acaso me van a agarrar de repente y me van a picar para ser la carne que el se va a comer porque, no me habla, ni me dirije la palabra, solo me mira de reojo con mala cara y habla pendejadas que no entiendo con sus escoltas, poniendo una mueca cuando mencionan a alguien con E?... Joder, creo que era una E lo que dijeron, lo demás del nombre no me sonó y estos parecían discutir.

- No hablaré con el, querrá un resumen de lo que puede ser la mercancía y no puedo decirle que van menos mujeres de las acordadas - dice el tal Señor Cali.

- Señor, son muchas mujeres buenas, no se darán cuenta que les falta la mojigata. - el corazón se me comprime pero prefiero seguir oyendo a dañar el chisme.

- Pero no entiendes que debo hacer un aviso de algo que está incompleto -

- Entonces dígale que las mando todas y verá que no se da cuenta - sigue hablando, el escolta que tiene a la izquierda en su espalda atrás de la silla que mencioné al llegar.

- ¡No sirve Mierda! - le golpea a la mesa, y los tres que lo rodean se quedan tan quietos como si el ruido estruendoso no les molestara , o como si fuera normal verlo perder el control.

- James... - Habla El de la derecha, deslumbrando el que parece ser el nombre de el jefe , logrando que mis ojos se dirijan hacia el mismo como si quisiera detallar si le queda el tal James.

- Te he dicho que no me digas así cuando estamos trabajando. - el se endereza y el otro lo hace igual.

- Lo siento, Señor - baja un poco el rostro. - Pero puede llamar como de costumbre para avisar que el envío ya empezó hace pocos minutos, y entonces verá como no se da cuenta de la falta. - veo cómo sacan un celular negro para el y entonces ponen algo en la pantalla que parece ser el contacto.

- Solo hablé como si no pasara nada, y si de casualidad, el se diera cuenta en tres días que lleguen ya no podría reclamar o si?- James toma el teléfono, y entonces veo como comienzan a entrar mujeres con platos de comida que ponen en frente, a la vez que el señor de guantes marca el número no muy seguro pero si muy serio, tomando agua antes de aclarar la voz y entonces luego de unos tres segundos...

Una voz gruesa que se escuchó hasta mi lugar suenq por la bocina haciendo que suspiré y que los cuatro de la esquina me vean seriamente como payasos de películas de terror, mientras el Jefe contesta.

- Hola?. - hablan del otro lado.

- Señor Enzo, cuanto tiempo. - todo en la sala se queda callado y entonces la tensión logra que ni abra la boca que se me babea por la cantidad de comida olorosa que me pusieron.






















-Fallon Brown-

-Fallon Brown-

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